Luis Alonso Vásquez
Dirección General
Martha Isabel Alvarado
Sub Dirección General
5 de julio, 2010
Hoy sesiona el consejo municipal electoral y los tres distritales para validar los resultados de la jornada electoral del 4 de julio, en las que Benjamín Galván no solo arrasó con una diferencia de 4 a 1, sino que de paso impuso un record al llegar a 84 mil votos, en cifras redondas, superando con 12 mil votos la elección del 2007. Benjamín le saca una diferencia de alrededor de más de 59 mil votos a su más cercano competidor, si es que competencia se pueda llamar lo que en realidad fue como un juego entre un profesional y un niño. Pese al triunfo aplastante logrado, han surgido voces, como siempre sucede, que hablan de que el verdadero triunfador de las elecciones fue el abstencionismo, porque la participación ciudadana fue de un 38 por ciento y uno se pregunta: ¿Por qué darle el triunfo al tal Abstencionismo, cuando ni siquiera se registro como candidato?. La realidad es que no hay ninguna ley que diga que el ganador debe obtener por lo menos tal porcentaje del total de electores registrados para que su triunfo sea válido. En la legislación de algunos países está establecido que en una primera ronda se reconocerá la victoria solo si el ganador obtiene el 50 por ciento más uno de la votación emitida, pero la votación emitida en esta primera ronda puede ser equivalente al 10 por ciento del padrón. Si nadie obtiene el 50 por ciento más uno, es obligado ir a una segunda ronda y ahí si ganará el que obtenga por lo menos un voto más que sus rivales. Y aunque el PRI y Benjamín arrasaron con la oposición, se ha escuchado decir a uno de los perdedores, que el tricolor no debe sentirse ganador, porque fue más la gente que no voto por él. Pero si el PRI, con 84 mil votos, no le ganó a los abstencionistas, en peores condiciones están los otros partidos. La realidad es que tendrán que pasar muchos años para que los que pierdan tengan el honor de aceptar la voluntad de las mayorías. Realizada la elección, ahora viene el análisis de cada uno de los partidos para establecer estrategias en la siguiente elección. Tanto al PAN como el PRD les fue muy mal y ambos partidos les toca analizar porque fallaron. El PAN en vez de crecer electoralmente, va para atrás. En el 2001, obtuvo 32 mil 369 votos; en el 2004, 22 mil 201; en el 2007, 17,340; y en las elecciones de éste domingo, tiene 22,086 votos, faltando los resultados de 16 casillas. Ahora que si se comparan estos números con las elecciones federales, el PAN del domingo se quedó muy atrás, pues en el 2000 obtuvo 44 mil 668 votos en esta ciudad, sin contar los de los municipios de la ribereña; en el 2003 obtuvo 26 mil 144; en el 2006, 42 mil 300; y el año pasado, 32 mil 478. Es decir, con apenas un año de diferencia, el voto del PAN se cayó en 10 mil unidades; mientras que el del PRI paso de 49 mil obtenidos en el 2009 a los 84 mil del domingo. Creció en 35 mil votos, en números cerrados. El voto del PAN se cayó y la principal razón de ello es que se dejaron imponer un mal candidato, que encima les dio poco margen de maniobra y les impuso como candidatos a regidores a dos elementos que lo primero que hicieron la noche del domingo fue enviarle un recordatorio maternal al PAN y gritar que ya no lo necesitan para nada.