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Eterno consuelo

Raúl HERNANDEZ

30 de julio, 2010

Las elecciones  del pasado 4 de julio dejaron muchas lecciones para los partidos. La principal, quizá sea el hecho de que PRD y el PAN confirmaron que  participando  solos no pueden ganarle al PRI, pero en cambio unidos sí y aún eso no es garantía de triunfo.

Tanto las dirigencias nacionales del PRD como el PAN han dicho que en las elecciones presidenciales  no irán juntos y se supone que tampoco lo harán en las elecciones del 2011, en el Estado de México, donde  el PRI y el PAN firmaron un acuerdo en ese sentido, acuerdo que habrá que ver sí se cumple, pues ya obligó a la renuncia de Fernando Gómez Mont, a la Secretaría de Gobernación.

En las recientes elecciones, el PRI llegó  con 9 de las 12 gobernaturas y terminó igual, con la diferencia de que  perdió los estados de Oaxaca, Sinaloa y Puebla  que suman 11.5 millones de habitantes, más del 10 por ciento de la población en el país.

En cambio, el PRI  recuperó los Estados de Zacatecas, Tlaxcala y Aguascalientes que en conjunto tienen 3.5 millones de habitantes.

El PRI, pues, fue el gran derrotado, con todo y que no se cansa de decir que salió tablas.

Ahora que habrá que ver de qué manera actúan el PRD y el PAN y si están dispuestos a llegar a una alianza en las elecciones presidenciales del 2012.

En el 2006, el PAN  hizo esta alianza con todo mundo: con las televisoras, con Elba Esther Gordillo, con la iglesia católica y aún con algunos gobernadores del PRI para impedir que ganara Andrés Manuel López Obrador.

Pero si a nivel nacional la elección confirmó que para poder ganar, el PRD y el PAN deben unirse, la misma lección aplica en Tamaulipas y Nuevo Laredo no es la  excepción.

En las dos últimas elecciones locales el PRI ha obtenido 7 de cada 10 votos emitidos. Es decir, ni uniéndose todos los partidos podrían  ganarle. No solo tienen necesidad de las alianzas, también deben ocuparse en la selección de sus candidatos para que estos sean competitivos.

Tanto el PAN como el PRD están obligados a enterrar el eterno consuelo de que  perdieron, pero crecieron en votos o perdieron, pero ganaron  algunos regidores. A fin de cuentas, las derrotas siempre serán derrotas y lo importante es  sacar experiencia de esas caídas.

En otro tema, el Director del Instituto Municipal de Vivienda y Suelo Urbano, Carlos Cantúrosas,  anda muy atareado intentando convencer a las  familias que habitan zona de riesgo de inundación en la colonia El Remolino para que acepten ser reubicadas en el fraccionamiento El Progreso.

Hace 12 años, cuando el río se desbordo,  se hizo un trabajo similar, pero muchas familias no aceptaron porque como todo mexicano están convencidos de que todo lo malo le pueda pasar a los demás, pero no a uno mismo y menos que se repita. Esta como aquel político al que le preguntaron sí sería conveniente que Nuevo Laredo  contara con drenaje pluvial y dijo que no porque aparte de que se requería mucha inversión, en Nuevo Laredo solo llueve una vez al año.

Lo cierto es que por razones de seguridad y tranquilidad, a las familias de El Remolino les conviene ser reubicadas en un sector donde el agua no las intranquilice.

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