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En el PRI-gobierno...

Raúl HERNANDEZ

11 de octubre, 2010

 

Mucho ha avanzado el país en  las últimas décadas para  democratizar los procesos electorales y aún nos falta mucho más.


¿Cómo eran las elecciones en México en 1988 y  tiempo más atrás?


Los procesos electorales eran organizados y controlados por el gobieno que entonces se confundía con el PRI. Eran uno solo.


Desde el PRI-gobierno se nombraba   a los directivos de los comités electorales. Estos  designaban a los funcionarios de casilla  para lo cual le pedían al PRI que les diera los nombres de presidentes, secetarios y escutadores, sin importar que al frente de las casillas estuvieran funcionarios públicos, dirigentes de sindicatos y de organizaciiones afiliadas al PRI.


En las elecciones, en  todas las casillas eran válidos el voto de   policías y olficiales  de cuerpos de segurdad, así como de representantes generales de los partidos  y por eso  no era raro que en una casilla se obtuviera más de un 100 por ciento de los votos. Alguna vez, Manuel Cavazos Lerma ganó una casilla, en San Fernando, con el 103 por ciento del padrón registrado.


Como el padrón electoral lo  controlaba el organismo electoral,  se solía “rasurar”, dando de  baja a las personas identifcadas con la oposición  para que no pudieran votar  y era común que se incluyera a  priistas muertos 5 o 10 años atrás.


En esos tiempos, el PRI-gobierno se controlaba a  todos los medios de comunicación y  hacía  con ellos lo que quería y no era raro, que el día de la elección, a eso de las tres o cuatro de la tarde, aparecierán ediciones extras anunciando el triunfo arrollador del candidato del PRI.


A los candidatos opositores se  les echaba encima toda el poder del gobierno. Sí eran empresarios,  la Secretaría de Hacienda los auditaba; si se idemificaban con la izquierda, se les ac usaba de  revoltosos y se les encarcelaba.


Si el día de la elección, el PRI sentía que haba el riesgo de perder, ordenaba el robo de urnas de aquellos lugares  donde se sentía perdido y  los  bandidos eran protegidos por la policìa.. Horas después la urna aparecía, con  todos los votos a  favor del PRI, pues ni siquiera se molestaban en adjudicarle uno que otro a los opositores.


En esos tiempos, el gobierno se valía del ejército para reprimir a los opositores, amedrentadolos con ser detenidos o corriendolos a punta de  bala.


A la hora del conteo de votos, como los funcionarios  eran del PRI,  le adjudicaban al tricolor los votos que querìan y en los lugares donde había un opositor,  terminaban coriendolo con la amenaza de que de no hacerlo llamarían a la policía o al ejército.


Cuando en octuibre de 1991 surgiiò el Instituto Federal Electoral,  los procesos electorales  empezaron a cambiar de manera vertiginosa.  Se dio la ciudanización tanto en el IFE como en los procesos electorales; el Registro Federal Electoral se profesionalizó; se  aplicaron  reglas para  evitar votos  fraudulentos; se   transparentaron los recursos a los partidos.


Mucho hemos avanzado, pero nos falta dar el gran paso que es el de quitarle a los partidos el monopolio en el registro de candidatos, entre otras muchas acciones, que   tarde o temprano se tendràn que lograr.


Mientras ese día llega, nos unimos al festejo del vigésimo aniversario de la instauración del Instituto Federal Electoral, que se  celebró ayer en México.

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