Luis Alonso Vásquez
Dirección General
Martha Isabel Alvarado
Sub Dirección General
27 de noviembre, 2010
Este domingo el Gobernador Eugenio Hernández Flores entregará al Congreso del Estado su sexto y último informe de gobierno.
Será un acto protocolario y será hasta el 8 de diciembre cuando emita un mensaje político a los tamaulipecos.
Eugenio cierra el sexenio con avances en materia de salud, educación y en desarrollo social, aunque el prietito en el arroz lo es el tema de la seguridad pública.
El crimen organizado se apoderó de calles y carreteras; de las zonas urbanas y rurales; afectó a la gente que andaba mal y a la que anda bien; acabó con muchos negocios y tiene al borde de la quiebra a muchos más; acabó con la paz social y el problema es que esta situación se multiplicó por todo el país.
Vivimos una guerra en la que como tal ya hay pueblos desplazados como Guerrero y Mier que de ser promovidos como pueblos mágicos, terminaron en pueblos fantasmas.
Eugenio deja a su sucesor una asignatura pendiente de resolver y no es cualquier problema. Tan grave es, que desde que resultó electo Egidio Torre no ha visitado una sola ciudad tamaulipeca y todo mundo se pregunta cómo le hará para gobernar una vez que empiece a correr el período para el cual se le eligió.
En estos seis años de gobierno, Eugenio Hernández apoyó a Nuevo Laredo con obras y acciones políticas importantes. En la primera parte del sexenio estuvo muy activo con nuestra ciudad. En el 2005 estuvo 26 veces en esta ciudad y al año siguiente trasladó los tres poderes del Estado a Nuevo Laredo y se dieron cita a esta ciudad, senadores, diputados federales y locales, casi todos los alcaldes, los magistrados del Supremo Tribunal de Justicia, todos los secretarios y muchos directores y jefes estatales.
Autorizó la entrega de 28 mil despensas, cada dos meses, a igual número de familias; autorizó becas, plazas de maestros y la entrega de paquetes de mochilas y útiles escolares; aprobó recursos para la pavimentación de vialidades y puentes como el de la carretera nacional y la avenida Revolución.
Apoyo gestiones como la ampliación de la planta potabilizadora del sur, la nueva planta tratadora del norponiente; la ampliación y mantenimiento de la red de drenaje pluvial; el cierre y demolición del penal de La Loma; la construcción de un nuevo Cobat; aprobó programas de apoyo a las familias con entrega de paquetes de materiales, instalación de pisos de concreto, nuevas plazas para los hospitales públicos.
Por supuesto, todo los que se haga siempre será insuficiente para corregir los rezagos en infraestructura y servicios de Nuevo Laredo. Pero además, hay un segmento de la población que suele recordar a los funcionarios más por lo que no hicieron que por lo que hicieron. Este segmento siempre estará ahí, recordando lo que no se hizo. Eso es inevitable y sucede hasta en las mejores familias.
El tiempo de Eugenio Hernández se agota. Cada tamaulipeco tiene su propio juicio sobre si fue bueno o no su paso, por el Gobierno de Tamaulipas. El tiempo de la esperanza en Eugenio se termino, ahora muchos tamaulipecos tienes cifradas sus esperanzas en Egidio, pero esa es otra historia que se empezará a ver a partir de enero próximo.