PAN partido

Martín SIFUENTES

18 de enero, 2015

En el inicio de este año electoral, en Tamaulipas los reflectores han estado sobre el PRI y los priistas, por sus nominaciones, sus precandidatos y por la polémica que generan esos destapes.

Y si embargo,salvo por su proceso electoral interno, en PAN tamaulipeco se ha venido manejando en bajo perfil, aunque se advierte que no se trata de una estrategia deliberada, sino más bien de un resquebrajamiento interno que cada vez se hará más evidente, y que lo pagaran en las urnas en junio próximo.

El panismo en esta entidad, antes de sus elecciones internas ya estaba partido, y ahora lo están más, y será muy complicado que puedan resanar unas divisiones cada vez más profundas.

El origen de todo esto es la lucha por el poder hacia el interior, y que ha derivado en una peligrosa polarización que la nueva presidencia estatal se encargará de fortalecer, tratando de fortalecer a un personaje.

Detrás de todo esto esta, no tanto el resultado electoral del 2015, sino la candidatura al gobierno estatal en 2016.

Aparentemente unidos (pero solo aparentemente), los alcaldes de Matamoros y Nuevo Laredo, Leticia Salazar y Carlos Canturosas, tratarán de impedir a toda costa que vía el comité directivo estatal, el senador Francisco García Cabeza de Vaca, se apodere del partido y desde ahí construya una posible candidatura el año próximo.

Divisionismo, grupos, intrigas, odios feroces y golpes bajos han hecho que hoy por hoy Acción Nacional en Tamaulipas no se vea en la posibilidad de aprovechar una enorme oportunidad que indirectamente le esta llegando por los errores del gobierno federal y el desencanto social que ha provocado.

Irónicamente es en este tiempo cuando el PAN podría estar ante la posibilidad histórica de ganar una gubernatura, pero el apetito de poder entre sus miembros prominentes lo llevaran al fracaso.

Porque aun y cuando la próxima gubernatura en Tamaulipas sea de dos años, no la podrán ganar si insisten en su lucha intestina y en la obstinación, en esa terquedad que les ha causado derrotas en el pasado.