Luis Alonso Vásquez
Dirección General
Martha Isabel Alvarado
Sub Dirección General
Héctor Garcés
Alberto Guerra Salazar
Angel Virgen Alvarado
José Inés Figueroa
Arnoldo García
Max Avila
08 de diciembre, 2019
Era el diez de junio de 2017. En la antesala del verano, las altas temperaturas tamaulipecas, imponían su rigor solar, sobre la cinta asfáltica, del tramo carretero Victoria-Aeropuerto.
Ese día, por la mañana, el dirigente nacional de MORENA, y firme aspirante a la Presidencia de la república, Andrés Manuel López Obrador arribaba a la capital del estado, para encabezar la reunión multitudinaria, donde se firmaría el Acuerdo Político de Unidad, por la Prosperidad del Pueblo y el Renacimiento de México.
Andrés Manuel lucía contento. Su propuesta abierta y democratizadora, dirigida a todos los mexicanos de bien, sin distingo de credos o partidos, iba viento en popa. AMLO miró hacia el exterior, aquel paisaje de matorrales espinosos y empolvados que pasaban rápidamente frente a sus ojos.
Conocía todo el país. Durante más de tres lustros había recorrido la accidentada geografía de una nación que parecía reflejar en sus sierras y en sus cañadas; en sus costas y llanuras, las pasiones contrastantes de sus hombres y sus mujeres.
Sí, definitivamente, éste hombre de pelo plateado por sus años de lucha incansable, a favor de una verdadera transformación social, había aprendido también a estudiar de una manera profunda, la naturaleza humana. Y sobre todo, la de la clase política.
Tal vez por ello, volteó a ver a su asistente y le ordenó:
---Pásame las carpetas de los que van a estar en el templete.
López Obrador quería aprovechar los minutos que lo separaban de la explanada universitaria, en cuyo gimnasio se realizaría el evento, para darle una revisada a los perfiles de las personas que lo acompañarían en el espacio de honor. No podía permitirse un solo descuido y permitir que se le colara, algún indeseable, pues sus adversarios políticos por el poder, seguían con lupa, cada uno de sus mítines y discursos.
AMLO abrió despacio cada una de aquellos mazos de papeles engrapados, en los que se describía el historial, de cada uno de los que lo acompañarían en la firma del acuerdo. Sus ojos entrenados para analizar y medir el peso de cada una de aquellas hojas de servicio, se detuvieron en una de aquellas carpetas.
El amplió curriculum, pertenecía al doctor, Felipe Neri Garza Narváez, quien casi dos meses atrás, había renunciado al PRI, mediante una carta pública, en la cual hacía énfasis, en “el desdén y el descuido hacia la militancia”, por parte de la dirigencia de este partido en el país.
Cuentan quienes venían en ese vehículo, acompañando a quien dos años más tarde sería el Presidente de la república, que AMLO hizo un comentario muy favorable hacia Felipe, sin que éste se enterara de ello.
Palabras más, palabras menos, López Obrador habría dicho, algo así como que, “este trae una formación política muy completa”. La anécdota ahí quedó, y horas después, aparecerían las fotos y las notas, derivadas de aquel evento masivo, donde AMLO firmó un acuerdo que podría describirse como histórico, en favor de la democracia en México.
Este detalle, que pareciera pequeño, pero es muy significativo, explica por si solo, del porqué, el odontólogo tamaulipeco, fue palomeado para ocupar la titularidad como representante de la Secretaría de Gobernación en Tamaulipas.
Desde el centro del país, y más específicamente, desde Palacio Nacional, su primer huésped, lo considera como el hombre con mayor experiencia política en el actual momento que vive la 4T en Tamaulipas.
Y a decir verdad, el Presidente de la república, no se equivoca: Felipe viene de una militancia de más de 40 años en el PRI, donde ocupó la Presidencia estatal de éste partido; ha sido tres veces diputado local y ha ocupado la Subsecretaria General de Gobierno, convirtiéndose en uno de los políticos, con mayor conocimiento del entorno tamaulipeco, de sus grupos, y sus partidos.
El pasado miércoles 4 de diciembre, Garza Narváez, nos concedió la oportunidad de una entrevista, para la página de Notifer, en la cual explicó que viene a servir al Presidente AMLO, con la lealtad institucional que siempre le ha caracterizado. Pero también, en abierta afinidad con el Presidente, en cuanto a servir a las ciudades, pueblos y comunidades de la entidad.
Ese mismo día, 4 de diciembre por la noche, con motivo del cumpleaños de un ex funcionario de la Universidad Autónoma de Tamaulipas, Felipe Garza estuvo en dicho convivió, y entre las felicitaciones de sus amigos, por el reciente cargo, se le dijo también que, contaba con muchas simpatías políticas en Tamaulipas. Para algunos, casi casi lo destaparon, como poderoso aspirante a la gubernatura.
En este sentido, y analizando las cosas fríamente y sin apasionamientos, la condición de externo a MORENA de Felipe Garza Narváez, lo convierte en un elemento fuerte, pues le daría la oportunidad de englobar un amplio movimiento democrático, donde, como ocurrió con AMLO, en el 2018, podrían participar lo mismo morenistas, que priistas, panistas, perredistas, y sociedad en general.
Y es que, el currículum de Felipe Garza, políticamente hablando, es muy interesante, y sobre todo compatible con un proyecto social, amplio y sin barreras ni esquemas, o luchas internas, como las que ahora están debilitando a MORENA.
El historial político de FGN, favorece a la unidad. Un experto en este tema, tal vez el mejor en varias décadas en México, como Andrés Manuel López Obrador, mismo que en la anécdota que le compartimos, en los anteriores párrafos de esta columna, le dedicó una especial atención y generó un comentario de quien hoy es Presidente de México, mete en automático a Felipe, como baraja poderosa en la sucesión tamaulipeca.
Sigale usted los pasos a Felipe. Serán interesantes. El hombre ya está en la jugada grande del 2022.
J. Guadalupe Díaz Mtz.
Martha Isabel Alvarado
Jose Luis B Garza
Carlos López Arriaga
Clemente Castro