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13 de abril, 2010

A más de un militante del PAN no le va a gustar enterarse de que la mañana del martes, el empresario Francisco Javier Estebane se dejó ver en las oficinas del Comité Municipal del PRI, donde platico, e incluso poso para una foto, con el dirigente de ese instituto político, Ramiro Ramos Salinas. Entre broma y broma, Estebane dijo que si el PAN lo expulsaba, ya tenía cabida en el PRI. Estebane llegó al PRI justamente cuando se desarrollaba la tradicional conferencia de cada semana. No entró a la sala donde se realizaba la conferencia, permaneció en otra área, pero al final fue inevitable que lo abordarán los reporteros para preguntarle que es lo qué estaba haciendo. La realidad es que en su calidad de impresor, Estebane trabaja para quien lo contrate y en este caso su relación con el PRI es comercial. Pero bueno, el hombre está viviendo sus 15 minutos de fama. Por cierto que desde la semana pasada el PAN anuncio que el miércoles 14, justo hoy, daría a conocer a su candidato a la presidencia municipal. Claro, lo mismo viene diciendo desde hace algunos meses, así que usted decide si le hace caso o no. Todavía ayer un grupo de panistas mantenían contacto con el senador con licencia, José Julián Sacramento, para que aceptase que el candidato por Nuevo Laredo, sea Carlos Canturosas Villarreal y no Glafiro Salinas, que es el único registrado. Cuando se escuchan las historias de la forma en que Sacramento está manejando el proceso electoral en el PAN no sabemos qué pensar. Sacramento metió las manos en la lista de diputados plurinominales y está metiendo la mano en la lista de candidatos a alcaldes, diputados y aún a regidores. Aquí en Nuevo Laredo pretende que el primer lugar de la planilla de regidores sea para Leticia Meneses. Pero además, Sacramento no quiere que se le abran espacios a quienes en su momento simpatizaron con Francisco Javier Cabeza de Vaca. No los quiere en la campaña, ni siquiera entregando pegotres. Lo peor es que en el caso de Nuevo Laredo no simpatiza ni con Everardo Quiroz ni con Glafiro Salinas, los únicos dos elementos que se registraron en su momento. Para Sacramento el proceso electoral gira alrededor de su persona y eso no tendría nada de malo si dejase que en los municipios hicieran lo propio los que quieren ser alcaldes y diputados. El problema es que quiere que nadie se mueva. Tan mal se ha portado el señor Sacramento que de entre los mismos panistas surgió el sobrenombre con que ya se le conoce: “el señor excremento”. Los propios panistas responsabilizan a Sacramento de retrasar las designaciones de candidatos por razones que solo él sabe. Obviamente el señor no esta pensando en ganar la elección, sino en construir y ganar un capital político que en el futuro cercano le permita exigir y obtener posiciones políticas y administrativa. En él se aplica aquella vieja frase de que perdiendo, gana. Lo preocupante, para los que son y se sienten panistas, es que en esta aventura arrastra a todo el partido. Es innegable que el PAN es la segunda fuerza electoral en Tamaulipas y que lo va a confirmar en las próximas elecciones, pero sería muy vergonzante que reduzca su capital electoral, cuando se supone que con el incremento poblacional, también debe crecer el caudal de votos.
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