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Raúl HERNANDEZ

14 de agosto, 2010

El Secretario del Ayuntamiento, Luis Lauro García Treviño, se tomó unos días de vacaciones, en la ciudad colonial de Zacatecas y estará de regreso el próximo martes.

Y mientras el hombre  goza de unos días de asueto, en un costado de la explanada Esteban Baca Calderón, un grupo de  familias protestan precisamente en contra de Luis Lauro a quién acusan de haber ordenado que se les desalojara de las tierras invadidas en el Bayito donde ellos pretendían fundar la colonia El Bayito II.

La realidad es que las tierras fueron desalojadas por un  tribunal de la Reforma Agraria., porque unos vivales se hicieron pasar como dueños para  vendérselas como propias a incautas familias.

Ni Luis Lauro ni el Ayuntamiento tienen  nada que ver con el desalojo. Lo que ocurre es que atrás de este movimiento están un grupo  de abogados que se ostentan como la Barra de Abogados de la Eva Sámano y que tienen    varios meses  realizando protestas  contra todo mundo, para ver que ganancias obtienen.

En el caso de estas familias desalojadas se les ofrecieron créditos para casas en el fraccionamiento de Reservas Territoriales, pero no aceptaron pues quieren que se las regalen, con el argumento de que son pobres.

Así dejaron  pasar una magnífica oportunidad de hacerse de un pequeño patrimonio, pues se les pedía pagar 13 mil pesos, pagaderos en seis meses, a cambio de recibir 42 metros de construcción. El resto del dinero para  pagar esos 42 metros, lo absorbe el gobierno federal y empresas privadas como Televisa.

Después tenían que pagar menos de mil pesos mensuales,   durante seis años y medio, para pagar el importe de un terreno de 8 X 18 metros, en un sector urbanizado, con  agua, energía, calles pavimentadas, parques y escuelas cercanas.

Los que manejan  a estas familias están  convencidos de que terminarán haciendo reventar a las autoridades para que les  regalen las casas o bien, que se les permita  vender terrenos irregulares, con apoyo de algún ejidatario que este dispuesto a entregarles sus  hectáreas y que se le paguen en  abonos.

Este es un viejo sistema que operó y funcionó en el pasado, pero  en los siguientes años causo enormes dolores de cabeza a las autoridades pues   por razones  humanitarias terminan  proveyéndolas de todos los servicios públicos, mismos que debieran  sufragar los que les vendieron los  terrenos, pero nunca lo hacen.

Sería muy grave que el gobierno municipal se deje  presionar y chantajear por este grupo de vivales. Lo malo de todo esto son las familias que en medio de su necesidad, se dejan engañar. Da pena   ver a mujeres y niños sufrir las inclemencias del tiempo, soportando el calor, la incomodidad de estar  todo el día en una silla. Pierden el tiempo de manera  inútil, peleando batallas sin sentido y dejando  pasar  la oportunidad que se les ofreció para hacerse de su casita en Reservas Territoriales,  todo porque sus “protectores”, no están de acuerdo, porque saben que  automáticamente  dejarían de controlarlas y con ello perderían la oportunidad de seguir hincándoles el diente, como lo han hecho desde hace algunos meses.

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