Luis Alonso Vásquez
Dirección General
Martha Isabel Alvarado
Sub Dirección General
18 de agosto, 2010
El 2012 está a la vuelta de la esquina. Los partidos, pero en particular quiénes tienen aspiraciones presidenciales, están ansiosos de que llegue la elección que permitirá cambar huésped en Los Pinos.
Por lo pronto, allá en Tampico está previsto que este día llegue el controvertido René Bejarano, el hombre de los soborno-videos, que desató el escándalo contra Andrés Manuel López Obrador, previo a la elección del 2006. Bejarano viene a Tamaulipas a promover a su esposa, Dolores Padierna, quien busca ser la nueva dirigente nacional del PRD, cuyas elecciones se realizarán el próximo año, allá por el mes de marzo.
Padierna y Bejarano, o Bejarano y Padierna., que para el caso es lo mismo, representan a la corriente Izquierda Democrática Nacional dentro del PRD y buscan ganar la dirigencia para apuntalar la candidatura de Andrés Manuel López Obrador.
Padierna estuvo en Nuevo Laredo en mayo pasado, apoyando la campaña de Everardo Quiroz Torres. Aquí en Nuevo Laredo tiene muchos seguidores, entre ellos el regidor Jorge Valdez Vargas.
Tiempo atrás, también estaba con ella Francisco Chavira, ahora embozado con el emblema del PAN.
En el 2008, al PRD le fue muy mal en sus elecciones internas, pues hubo denuncias de fraude de parte tanto Jesús Ortega como de Alejando Encinas, los dos rivales que participaron en la contienda. Al final la elección se entrampó y hubo necesidad de que interviniera el Tribunal Federal Electoral que determinó que la elección la había ganado Ortega.
Lo que paso en las elecciones del 2008 tuvo un impacto negativo en el PRD y lo envió al cuarto lugar de las preferencias ciudadanas en la elección del 2009 y un año después tampoco se recupero de la mala imagen.
En el PRD no solo se jugarán la dirigencia nacional sino también el derecho a imponer candidato presidencial. López Obrador sabe que necesita quitarle la dirigencia del PRD al grupo de Jesús Ortega para poder ser candidato por una coalición PT-Convergencia-PRD. Si no lo logra tendrá que contentarse con ser postulado por el PT y Convergencia y correr el riesgo de que al perder la elección se le acuse de haber dividido a la izquierda para facilitarle el triunfo ya sea al PRI o al PAN.
Después de lo mal que actuó luego de la elección del 2006, López Obrador dejo de ser un peligro tanto para el PAN como para el PRI. Hoy, incluso, ambos cruzan los dedos, para que la izquierda mexicana cometa el error de postularlo porque sería un rival fácil de derrotar
Y mientras en el PRD se pelea por los reacomodos en el liderazgo, en el PRI los dados están cargados a favor de Enrique Peña Nieto y sorpresa sería que él no fuera el candidato.
En el PAN el panorama luce desolado, pues el Presidente Felipe Calderón no tiene un candidato visible y por parte del panismo se impulsa al senador Santiago Creel. El problema es que si en el proceso del 2006 Creel no logró la candidatura, a pesar de tener todo el apoyo del Presidente Vicente Fox, hoy el panorama le es adverso, porque Calderón no lo quiere y es probable que en su oportunidad haga todo lo posible para bloquearlo.