Luis Alonso Vásquez
Dirección General
Martha Isabel Alvarado
Sub Dirección General
30 de septiembre, 2025
Se acabó el PRIAN en Tamaulipas. El último reducto en donde se pertrechaba fue demolido por la IV T, su Segundo Piso y su representante en Tamaulipas: Américo Villarreal Anaya. Fue un largo e intenso tironeo: tres largos años, arrastrando los residuos del viejo régimen que se resistieron hasta el último momento.
La persistencia del pasado presentó tantas batallas como se lo permitió el añoso y mañoso Poder judicial. Fue el macizo búnker en donde se protegieron los intereses oscuros del grupo comandado por el exgobernador, Francisco García Cabeza de Vaca.
La Justicia a partir del triunfo de la IV T y Villarreal Anaya, operó como un ente privatizado y al servicio de las élites privilegiadas con el circuito de la ley.
Los Poderes ejecutivo y Legislativo, enfrentaron reveses cada que desafiaban a un Poder judicial, eran pulverizados con sentencias al servicio del exgobernador.
En buena parte, la gobernabilidad del estado era un fenómeno parcial y fragmentado toda vez que el Poder judicial se puso de rodillas ante los intereses del grupo panista reynosense. De otra forma: politizaron la justicia, utilizándola para seguir operando en la impunidad y seguir saqueando los fondos del estado.
Existen centenares de expedientes, contra elementos de la administración estatal, de Cabeza de Vaca, que intocables por la protección de jueces y magistrados venales, estuvieron durmiendo el sueño de los justos.
Ahora que se volteó la tortilla, el escudo que ellos mismo se crearon, se volverá en su contra.
Como queriendo racionalizar su temor, los que se van, dicen:
-Es lo mismo. El Poder judicial, no cambia.
Están equivocados.
Confunden sus deseos con el miedo. No podemos soslayar el papel del voto ciudadano en la unción de los nuevos jueces y magistrados; ni mucho menos, la espada de la justicia que penderá sobre ellos: la revocación del mandato, con el mismo sufragio que los eligió. Es decir: su reelección, estará sujeta, al cumplimento pleno de su compromiso con la justicia.
De otra forma: es un cambio esencial en la naturaleza que arropa al Poder judicial en los tiempos de la IV T y su Segundo Piso.
El poderoso poder del pueblo, lo que erosiona la autoridad transexenal de Cabeza de Vaca, apuntala al gobernador Villarreal Anaya en forma inversamente proporcional en su facultad de mando.
O sea: a menor influencia de Cabeza de Vaca, mayor presencia de Américo; y ante el crecimiento del liderazgo de Villareal Anaya, el achicamiento político del exgobernador reynosense.
Es ese el legado, que deja a los tamaulipecos la elección libre y democrática del Poder judicial de Tamaulipas.
Cabeza de Vaca es otro.
Américo es otro.