Luis Alonso Vásquez
Dirección General
Martha Isabel Alvarado
Sub Dirección General
19 de octubre, 2009
--¿Quién empinó a Luz y Fuerza del Centro? --Sospechosa protección para funcionarios. --La liquidan sin hacer saber motivos reales. --Cumpleaños 50 de Geño, lleno de “señales” --Médico “impide robo” de vacuna oficial. Porque sólo el gobierno y sus merolicos mediáticos se tragan sus mentiras, le transcribimos este análisis que nos hallamos en la internet, intitulado “Luz, Fuerza y Opacidad”, firmado por ALBERTO SERDAN, que no tiene desperdicio: “La liquidación de Luz y Fuerza del Centro (LyFC) ha generado una efervescencia tal que recuerda la polarización vivida en 2006: lenguajes violentos y descalificatorios, mensajes descontextualizados, sesgados y maniqueos. En medio de la gritería, me di cuenta que no tenía opinión: ¿El sindicato es tan diabólico como lo pintan? ¿Las cifras del gobierno son correctas? ¿No se había tardado el gobierno en intervenir dado que el servicio de LyFC es tan malo? En medio, la polarización que nubla el juicio basado en evidencias. Las emociones y prejuicios supliendo a las ideas. Ruido. Estruendo. Me espantó que en algo tan claro para muchos (cualquiera que sea el bando), yo no tuviera opinión. ¿De qué me perdí? Me di cuenta que no tenía información. Fuera de lugares comunes, me di cuenta que no tenía información para emitir una opinión razonable. Del sindicato uno no espera mucho, son opacos, punto. Del gobierno, uno espera más; no sólo porque tiene una maquinaria para generar datos, cifras, estadísticas, sino porque es su obligación legal rendir cuentas de sus decisiones ante la ciudadanía y ante otros poderes. Una decisión tan importante para el país (dada sus implicaciones políticas) debe tener un documento que la respalde. Una suerte de biblia reveladora de la luz y la verdad sobre LyFC. Un ejercicio de transparencia que permitiera a los mortales que no sabemos nada de electricidad tener la certeza de que la decisión del gobierno es la correcta. Así, me enfrasqué con una obsesiva pregunta ¿El gobierno justificó plenamente en un documento oficial la liquidación de LyFC? La respuesta la da el escueto ‘Decreto por el que se extingue el organismo descentralizado Luz y Fuerza del Centro’ del sábado 10 de octubre de 2009 donde el gobierno federal concluye que ante la ‘comprobada ineficiencia operativa y financiera [de LyFC, ésta] debe extinguirse’. El documento da varias cifras y todas parecieran contundentes: LyFC es un desastre. Entonces vino mi segunda pregunta: si LyFC es un desastre ¿en qué documento oficial el gobierno advertía de ello? Una suerte de ‘si no corregimos el rumbo, LyFC tiene que cerrar’. Por documento oficial, en concreto, me refiero a aquél en el cual el gobierno rinde cuentas de sus decisiones a otro poder (específicamente el Legislativo) como la Cuenta Pública o el Presupuesto de Egresos de la Federación bajo una lógica sencilla: estos documentos tienen indicadores de desempeño de las dependencias, si LyFC iba tan mal, seguro ahí lo veríamos; la segunda razón es que si LyFC recibe presupuesto, lo menos es que el gobierno justifique para qué quiere ese dinero (y seguro ahí vendrían signos de desastre). Mi primer lugar de búsqueda fue la página de LyFC (http://www.lfc.gob.mx/). Sin embargo, el gobierno había quitado todo rastro de datos y estadísticas y documentos y diagnósticos el domingo mismo. Sólo hay mensajes para los trabajadores para que acepten las condiciones del gobierno y alguna orientación al público usuario del servicio. Nada más. Entonces leí los documentos presupuestarios del 2008 a la fecha y ahí no vi la información que justifique la liquidación de LyFC. Encontré otras cosas. Por ejemplo, contrario a lo que imaginé y escuché en discursos y mensajes, el dinero de los impuestos que el gobierno da a LyFC para subsidios no va a parar directamente a los ‘trabajadores privilegiados’ del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), más bien son recursos que transfiere para que LyFC le compre electricidad a la Comisión Federal de Electricidad (CFE). Esto se debe a que la energía que genera LyFC no alcanza para abastecer la gran demanda de Puebla, estado de México, Hidalgo y el Distrito Federal, la cual es su área de operación. Lo segundo que me encuentro es que en el Estado de Ingresos de LyFC el rubro de ventas está en negativo (OJO -no es lo mismo que la resta de ingresos menos egresos). ¿Cómo va a ser que LyFC venda ‘en negativo’? Ahí no tiene nada que ver la productividad de LyFC ni el ‘despilfarro’ de sus trabajadores. La respuesta está en los subsidios eléctricos. Entonces me entero que éstos se distribuyen en 59% para usos industriales; 22% para casas; 19% a comercios y servicios y 0.2 usos agrícolas. Es decir, casi 8 de cada 10 pesos de esos subsidios van a dar a las empresas, mientras que 2 de cada 10 consuela a las familias. Por otro lado, no vi nada raro en el Estado de Egresos excepto que LyFC ‘adquirió’ energía por más de $60 mil millones la cual compró, naturalmente, a la CFE. Leí entonces en una columna de Alberto Barranco que en 2004, LyFC compró la electricidad de CFE por 36 mil 367 y la vendió en 36 mil 485. En 2006, LyFC compró electricidad de CFE en 44 mil 107 millones y la vendió en 40 mil 627. En 2007, LyFC compró en 46 mil 343 millones y la vendió en 31 mil 663. Esos diferenciales de precios beneficiaron claramente a CFE que vendía la electricidad más cara de lo que LyFC la vendía a los consumidores finales. Entonces me surgió la pregunta ¿quién quebró a LyFC? Busqué en los indicadores de desempeño de LyFC plasmados en la Cuenta Pública de 2008, y nada. Busqué en su informe Análisis del Ejercicio del Presupuesto 2008, y nada. Busqué en el Proyecto de Presupuesto de Egresos 2010, en la Estrategia Programática de LyFC, y nada; en la Estrategia Programática de la Secretaría de Energía, y nada. Nada que advirtiera que LyFC era un desastre. Incluso, todo lo contrario, sus indicadores iban de maravilla como lo reportan en el 2o trimestre de 2009 en el Informe Trimestral sobre la Situación Económica, las Finanzas Públicas y la Deuda Pública. ¿Entonces? Buscando en documentos oficiales donde por ley el gobierno debe rendir cuentas de sus acciones y propuestas no veo la información que justifique la liquidación de LyFC. Así que una de dos: o el gobierno miente en sus documentos presupuestarios (por no decir toda la verdad ahí), o ahora está mintiendo sobre LyFC. Cabe esta última posibilidad porque uno de los argumentos del gobierno es que ‘los costos de Luz y Fuerza del Centro casi duplican a sus ingresos por ventas’ (Decreto) y en cualquier lado se habla de la poca productividad de LyFC. Me metí a buscar las fórmulas con las que se calcula la productividad en CFE y LyFC y me encontré que el numerador para ambos casos es diferente ¿son comparables? Para conocer las ventas totales por trabajador (y así conocer la evolución y tendencia de la energía eléctrica que se vende proporcionalmente por cada trabajador activo) la CFE divide las ‘ventas de energía eléctrica a los usuarios en los últimos 12 meses (año móvil) en diferentes voltajes, incluyendo ventas al público, el intercambio con LyFC y exportaciones de energía’ entre el ‘promedio de trabajadores activos en los últimos de 12 meses (año móvil)’. Por su parte, el indicador de LyFC se calcula dividiendo las ‘ventas de energía eléctrica a los usuarios en los últimos 12 meses (año móvil) en diferentes voltajes, incluyendo ventas al público y la reventa a CFE’ entre el ‘promedio de trabajadores activos en los últimos de 12 meses (año móvil)’. Echando un ojo, me parece tramposa la forma en que miden la productividad en uno y otro caso al incluir para el de la CFE la exportación de electricidad. Distorsiona el ejercicio: las ventas que se tienen por exportación de electricidad son diferentes a las ventas para mercado interno (ahí hay subsidios). Dicho de otro modo, la electricidad que vende CFE a Centroamérica o Estados Unidos (incluso a la propia LyFC) es más cara que la que les vende a los usuarios que la consumen en México, por los subsidios a la electricidad. Por otro lado, la electricidad que vende LyFC a los usuarios de Puebla, estado de México, Hidalgo y el Distrito Federal es mucho más barata y sus ventas, por lo tanto, son menores. Así, la productividad como la calcula el gobierno dividiendo ventas totales entre trabajadores es un cálculo sesgado pues mezcla peras y manzanas. En cualquier caso ¿para qué es la información del desempeño que se presenta en el Presupuesto de Egresos y en la Cuenta Pública? ¿Es adorno? Me parece que un elemento en la discusión es la rendición de cuentas: ¿dónde está el documento oficial que previo al decreto hablara del desastre de LyFC? ¿O qué otros problemas graves son escondidos ahora mismo? ¿Qué información tenemos para evitarlos? Y es que los problemas no salen de la nada y por la magnitud de las decisiones que se toman. ¿Por qué no dijeron nada antes a través de los canales legales en función de los cuales el gobierno está obligado a rendir cuentas? Al final del día, la duda sigue sin responderse: ¿quién puso en riesgo la empresa: la política de subsidios eléctricos o los mentados privilegios? Si no hay un diagnóstico oficial que haya desmenuzado todas las posibilidades, me parece que la liquidación es arbitraria. Si de tajo iban a cortar a tantos trabajadores, lo que al menos se espera es que haya un documento con justificaciones claras. ¿Dónde está el documento oficial donde señalaran problemas y propusieran soluciones antes de llegar al punto de la liquidación? Si LyFC era un desastre tan grande como lo pintan ¿qué documento oficial lo dijo con todas sus letras? Finalmente, hay que dejar algo muy claro: censuro absolutamente los privilegios de los líderes del Sindicato Mexicano de Electricistas y censuro cualquier abuso que se haga con el dinero público. Pero también cabe precisar que las prestaciones de los trabajadores y los abusos de sus líderes son cosas completamente diferentes. Lo primero tiene que ver con derechos laborales, lo segundo con corrupción. Hay muchos saldos de lo que está ocurriendo alrededor de la liquidación de LyFC. Para mí hay uno claro: no hay información, transparencia ni rendición de cuentas clara y oportuna”. A’i se la dejamos. CHISMOGRAFIA: Con aquello de que “quien tenga ojos, que vea” está para los politólogos el cónclave político en que se convirtió el festejo privado del gobernador EUGENIO HERNANDEZ para celebrar su medio siglo de vida. Por lo menos tres gobernadores (FERNANDO TORANZO, de San Luis Potosí; RODRIGO MEDINA, de Nuevo León; y el mexiquense ENRIQUE PEÑA NIETO (con su “Gaviota” de la mano) aceptaron la convocatoria para convivir con su homólogo y de paso dar pie para el sin fin de “señales” que ello provoca. Allí, también, el encuestólogo ROY CAMPOS, de “Mitofsky”. Y, por supuesto, todos los gobernadeables: RODOLFO TORRE, FELIPE GARZA, (en la mesa de los gobernadores), ARTURO DIEZ, OSCAR LUEBBERT, JOSE MANUEL ASSAD, MARCO BERNAL, BALTAZAR HINOJOSA y RAMON GARZA BARRIOS. Finalmente, será interesante saber qué es lo que hará el DR. JUAN MANZUR ahora que, por el compañero y compadre ARNOLDO GARCIA se entera de la existencia de un médico que “para evitar que se las roben” se llevó a su casa 100 vacunas contra la influenza AH1N1 y las usa en su consultorio, por una módica cuota. Por hoy es todo. Mañana será otro día. P.D.- Las malas lenguas de las buenas gentes recomiendan “abrir los ojos” tras el cese fulminante que recibió ALEJANDRO HIGUERA como tesorero municipal en esta capital. Al respecto, afirman que la orden surgió desde el DIF Municipal pues la soberbia y novatez de HIGUERA le hicieron creerse de tanto Poder que no respondía las llamadas telefónicas. Y, para que “le tanteen el agua a los camotes”, preguntan si el mismo Poder femenino se vería en el próximo gobierno. Que el nuevo tesorero victorense haya sido compañero de escuela de la Primera dama del municipio, podría ser una confirmación. Sale… y vale.