Luis Alonso Vásquez
Dirección General
Martha Isabel Alvarado
Sub Dirección General
18 de septiembre, 2012
Aquella mañana, Rubén se levantó temprano. El reloj marcaba las 6: 50 horas.
Estaba en hospedado en el quinto piso de un hotel del centro de la ciudad de México.
Se dirigió al baño, se cepillo los dientes, se puso el pantalón, una camiseta y los zapatos.
-“Voy a comprar los periódicos”- dijo para sí.
Se asomó a la ventana y vio las calles solas.
-“Este monstruo que es el Distrito Federal y ahorita está con las calles solas”- pensó.-
Se sentó sobre la cama y se recostó.
“Mejor me pongo los calcetines”- dijo-
Se quitó los zapatos y comenzó a ponerse los calcetines.
Casi termina cuando sintió una fuerte sacudida.
El cuarto pareció que se “descuadraba”-
Eran ya las siete de la mañana con 9 minutos.
Rubén vio por la ventana y la sangre se le heló en las venas.
Los edificios “bailaban” y chocaban entre ellos.
Corrió hacia la puerta del baño.
Lo pensó mejor y corrió hacia la puerta del cuarto.
Quería huir.
Abrió la puerta y salió. Las escaleras oscilaban hacia arriba y hacia abajo siguiendo un ritmo macabro.
Las puertas del elevador se abrían y cerraban estruendosamente.
Rubén agarraba con fuerza la perilla del picaporte de su puerta cuando sintió que la puerta se le venía encima y caía.
Luego… nada.
Perdió el conocimiento.
Al volver en sí, percibió un fuerte olor a gas.
La puerta estaba encima de él y lo aprisionaba de la cintura para abajo.
Su sus piernas estaban cruzadas.
Rubén se tapó la nariz y la boca con parte de su camiseta y se mordió la lengua.
Cuando le dolió la mordida, se dijo: “Estoy vivo”.
A lo lejos vio parte del barandal de la escalera.
“Si yo tuviera una cuerda, la ataba al barandal, me rodeaba el torso con la cuerda y con una garrucha podría salir de aquí”- se dijo.
Tenía casi libre todo el torso.
Con sus manos empezó a mover parte del escombro que estaba frente a él.
Luego vio un muro.
“Ese no lo voy a poder mover” –dijo y lo agarró y lo sacudió. El muro se derrumbó.
“¡Fue un terremoto!” –pensó espantado. “¡Sufrimos un terremoto!”
Rubén estaba atrapado en los escombros del edifico.
De pronto escuchó un grito: “¡Ayúdenme!”- decía.
-“¡Soy Rubén Rubiano Reyna! Estaba en el quinto piso. No dejes de gritar. Ahorita vienen por nosotros”-
Dijo Rubén.-
Otro grito se escuchó más allá: “Señor. Tengo el techo sobre mí”-
“¡Vamos gritar primero uno, luego otro, luego otro! Ahorita vienen a auxiliarnos”- les dijo Rubén.
Así lo hicieron.
Hasta que se cansaron. Nadie fue en su auxilio.
Rubén –dice- encontró un pedazo de alfombra y lo puso a guisa de almohada para descansar.
“¡Como quise yo a ese pedazo de alfombra!” –dice.
No sabe cuántas horas pasaron.
De pronto escuchó que tocaban madera.
Y Rubén comenzó a tocar la madera de la puerta que tenía encima.
-“¡Hay alguien allí!”- dijo una voz.
“¡Rubén Rubiano Reyna, quinto piso!”-
-“Señor, voy a prender un cerillo a ver donde ve la luz”- -le dijo la voz.
-"¡No! No prendas ningún cerillo. Hay mucho gas. Puede haber una explosión”.
El muchacho fue y consiguió una linterna. Y así, llegó.
Era apenas un muchacho.
-“Me llamo Rubén” –dijo.
“Yo también”-dijo Rubén Rubiano Reyna.
-“Yo voy a sacarlos de aquí” le dijo.
Le contó que por la mañana, cuando fue a dejar a su hija a la escuela, sobrevino el terremoto.
Que se regresó llorando y pedía a Dios le ayudara a encontrar sana y salva a su hija.
Cuando llegó a la escuela, todos los niños estaban en el patio llorando. Allí estaba su hija.
“Yo voy a salvar a alguien hoy –dije- y a usted, yo lo voy a salvar”-
Rubén le dijo que su hermano Miguel trabajaba en la Secretaría de Gobernación (que estaba en la esquina del hotel) que fuera por él para que le ayudara. Que consiguieran gatos hidráulicos y cuerdas para que lo sacaran.
El muchacho se fue.
A las horas regreso con Miguel, pero no Miguel Rubiano, sino Miguel González Medrano “El Chuletón” que se encontraba en la Secretaría de Gobernación cuando el joven buscaba a Miguel Rubiano Reyna.
“¡Miguel!” “¡Rubén! Te vamos a sacar”.
Consiguieron gatos de Volkswagen porque no había más.
Luego llegó Miguel Rubiano, su hermano.
Y entre todos desatoraron a Rubén, lo bajaron porque estaba en el montículo de escombros.
Ya eran las 10 de la noche.
Lo trasladaron a un hospital donde Francisco García Lozano, hubo de meter su tarjeta de crédito pues no aceptaban heridos sin previa paga, según dijo Rubén Rubiano Reyna.
De todo eso, hoy se cumplen… 27 años.
Fue el terremoto más devastador que ha azotado la ciudad de México.
Hoy… hace 27 años.
A Rubén Rubiano Reyna, le dieron otra oportunidad… de vivir.
MI PECHO NO ES…
Mayúsculo fue el incendio en las instalaciones de PEMEX localizadas en el kilómetro 19 de la carretera Reynosa-Monterrey.
23 personas fallecidas (calcinadas) y un número indeterminado de heridos (suman más de 40, varios de ellos de gravedad, que serían atendidos en los Hospitales de PEMEX y Materno-Infantil) son los datos que arroja el más reciente recuento de los daños producidos por la explosión de ayer en instalaciones de Petróleos Mexicanos en Reynosa.
Entre tanto…
Que si. Que por Matamoros anduvo el domingo anterior el licenciado RAÚL CÉSAR GONZÁLEZ GARCIA.
Fue detectado por el rumbo del periférico.
Por otra parte…
Al continuar con sus recorridos que desde el inicio del receso legislativo realiza por el XXII Distrito, para estar cerca de la gente y atender sus necesidades, el diputado Daniel Sampayo Sánchez, entregó apoyos alimenticios y muletas a un grupo de adultos mayores de la colonia 20 de Noviembre-Sur de Matamoros, además se comprometió a gestionar la solución de las demandas planteadas.
Fue en respuesta a las solicitudes planteadas con anterioridad por los habitantes de dicha colonia, dentro de sus recorridos por el XXII electoral, con cabecera en Matamoros, con el fin de atender las peticiones de la población, como lo recomendó el Presidente de la Junta de Coordinación Política, GUSTAVO TORRES SALINAS.
Ayer, en la peña del café charlamos animadamente con el regidor ROBERTO CHAPA ZAVALA, JOSE LUIS MARTINEZ ANAYA y JUAN MORENO CABELLO.
Más allá, el muy popular luchador AGUILA SALVAJE.
Llegó como bólido y se fue igual, el colega y mejor amigo, MIGUEL PICAZO GARZA.
Por hoy, es todo.