Luis Alonso Vásquez
Dirección General
Martha Isabel Alvarado
Sub Dirección General
18 de octubre, 2012
La iglesia católica recomendó a las familias matamorenses que durante el festejo del día de brujas, que es una tradición extranjera, no exhortes a sus hijos a participar, pero en caso de hacerlo, que los vistan de santos, de médicos o de bomberos, pero no de monstruos, ni de personajes violentos, porque eso solo genera más violencia en una ciudad que ha sufrido por ese flagelo.
“Es tiempo de fomentar la paz, los valores familiares y la fraternidad”, decía el Padre Alan Camargo, vocero de la Diócesis Católica de Matamoros.
Explicó que lo que la iglesia católica convoca y celebra, es el tributo a los familiares que han muerto, tradición que por muchos años se ha hecho porque eso es parte de lo que la iglesia cree y vive, o sea la vida y la transición a la vida eterna por medio de la muerte.
“Pero ciertamente en nuestra región fronteriza nos vemos confrontados y a veces hasta confundidos con la llamada celebración del Halloween, por eso en ocasiones les preguntamos a la gente si quieren darle culto a la violencia o a la paz y a las cosas de Dios”, expuso.
Una vez que las comunidades comprenden que la tradición mexicana es para celebrar el día de los santos difuntos y no de monstruos de Halloween o muertos vivientes, en lugar de disfrazarse con mascaras bestiales y atuendos caracterizados de horror, lo hacen de servicios, por ejemplo de médicos o bomberos.
“Me ha tocado ver en fiestas de jóvenes que en lugar de disfrazarse de Frankenstein van disfrazados de algún santo o de monaguillos, de bomberos, de médicos, y ellos son los que tienen razón, porque para que seguir cultivando violencia”, reveló el presbítero.
Dijo que la iglesia católica respeta los festejos de otros países como el día de brujas, pero lo que los católicos quieren, es que se preserven los valores en la familia, la paz, la justicia y la fraternidad.
Hay iglesias y fraternidades católicas que el día de Halloween, lejos de buscar la imitación, procuran festejar con los niños vestidos de santos, pero también se les entregan dulces.