Con todo el Poder de la Información

Luis Alonso Vásquez

Dirección General

Martha Isabel Alvarado

Sub Dirección General

Logotipo Reportes en la Red
El Partenón
Alberto Guerra Salazar

No tiene escapatoria

Alberto Guerra Salazar

José Inés Figueroa

El primer buscador

José Inés Figueroa

Arnoldo García

Acusaciones

Arnoldo García

Cd. Victoria

Si quieren celeste…

Max Avila

16 de diciembre, 2009

Es claro, evidente y notorio que la política es un negocio regido por el mentado “marketing” que en cristiano significa que solo tragará más pinole quien tenga más saliva, lo cual es obvio en un mundo de competencia vil y salvaje como el nuestro. Si esto es así, ¿porqué usted, aquel, nosotros, vosotros, ellos y ella estamos en la obligación de costear las ambiciones de los grillos que hacen de la política una empresa particular?. Calderón asegura que las reformas por él propuestas son práctica común en países con democracias avanzadas, pero no dice que en tales lugares los partidos sobreviven por si mismos, sea que los contribuyentes no tenemos porque sostener vientres aventureros. Ni que fuera ganado perdido en el breñal. ¿Cuánto nos cuesta la burocracia enquistada en los partidos?. ¡Ouch!, cualquier cantidad, con eso de que lo invertido en política siempre será barato, según dicen los beneficiarios y como no pagan pues, “sígale tocando maistro”, cual dicen los “gorrones” en las fiestas de quinceañeras. El asunto es que al puro estilo del priísmo tradicional, FCH se cuida de no tocar a los partidos donde les duele, es decir, en los recursos que felizmente y con puntualidad sajona recogen cada mes en las ventanillas respectivas. A lo mucho que llega es a proponer que el porcentaje pa’ que sean considerados como tales se eleve de dos a cuatro unidades, lo cual tampoco es garantía de que ciertos “gandallas” desistan de fundar su negocito. Y ni como negar que el Verde Ecologista por ejemplo, fue producto de tales afanes convirtiéndose en solvente empresa familiar que ya transcurre por la segunda generación, y le sobra cuerda pa’ seguirle por los días de los días. Amén…digos. Insisto, ¿porqué tenemos que mantener a los partidos políticos con todo y su runfla de dirigentes trampas?. Nada más vea el rostro de felicidad y todo lo demás de “la Bety” Paredes, el Chucho Ortega y el tal César Navita; sanos, rozagantes, encantados de la vida y muy agradecidos por la generosidad mexica. Usted dirá que por ser entidades públicas tienen derecho a recibir dinero de la sociedad. Okey, si es así, ¿porqué el gobierno no audita sus gastos?. En este sentido las autoridades prefieren hacerle al tío Lolo seguramente pa’ no ensuciar honras que más tarde tendrán que lavar con sangre y costo multiplicado. Se argumentará también que de no hacerlo nosotros los partidos quedarán expuestos a intereses ajenos a la sociedad, sea de empresarios, contratistas y por el estilo, como si los líderes fueran muy recatados y pudibundos cuando estiran la mano y esconden la piedra. Con otra, desde hace un buen de tiempo los partidos fueron rebasados por las expectativas mayoritarias, de manera que en este momento sirven pa’ maldita la cosa, excepto como agencias de colocaciones a nivel super. Y ni modo que sea invento. ¿Qué sirven a la sociedad?, ¡no manchen que se acabó el jabón de olor!. En síntesis, si los partidos quieren celeste que les cueste. Caones estos, pssss qué se han creído. SUCEDE QUE Resulta que “los gaviotos” ya hicieron su presentación matrimonial ante Benedicto XVI y se me hace que le prometieron no comerse la torta antes del recreo. Mmmmmm. Hasta ha de creer si el hombre la “trai” de la seca a la meca. Que bien que mi abue no alcanzó a ver estas inmoralidades. Lo cierto es que Enrique Peña Nieto y Angélica Rivera están puestos pa’l casorio y con esto al escribidor se le acaba otra mortificación. Y la felicidad es doble porque con el favor de Dios también logramos echar fuera a la Trevi. Mientras tanto en el Senado es recurrente el rumor de la licencia de José Julián Sacramento quien competiría por la gubernatura de Tamaulipas. Con la misma intención pero por otros estados, seis de sus colegas ya hicieron lo propio. Y hasta la próxima.
Más artículos de Max Avila
El Partenón
Martha Isabel Alvarado

¿Así o más veloces?

Martha Isabel Alvarado

José Ángel Solorio

Sobre las élites reynosenses

José Ángel Solorio

José Luis B. Garza

La frontera, un tercer país

José Luis B. Garza

Carlos López Arriaga

Huachicol, vocablo estéril

Carlos López Arriaga

Clemente Castro

Van contra la impunidad

Clemente Castro