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Dos mil diez…

Carlos López Arriaga

3 de enero, 2010

* Poco viable, el Armagedón patrio. * La puja sucesoria, seis años atrás. Con tres sílabas, diez letras, seis consonantes, cuatro vocales (entre ellas un diptongo) y una desmesurada cantidad de sueños patrios aterriza el 2010. Entre las perspectivas amables figuran la recuperación económica gradual y la comprensible animación por la lucha sucesoria en Tamaulipas. La expectativa negra gira en torno a la profundización del malestar social, la ofensiva inútil contra el crimen organizado, la carestía, el desempleo y los nuevos impuestos. La especulación apocalíptica cifra sus augurios en el recuerdo de dos rebeliones centenarias previas (1810 y 1910) asunto que estimula la imaginación de no pocos clarividentes de café, aunque el colectivo nacional luzca extático, aferrado a la inercia de la supervivencia más elemental. Y aunque resulte factible que los segmentos más atávicos de la sociedad mexicana saquen su gato a retozar, estaría por verse que capacidad de convocatoria pudiera demostrar cualquier émulo postmoderno de HIDALGO o ZAPATA. Es, por cierto, una fortuna que el conteo decimal de los años se encuentre ajeno, por completo, a cualquier ciclo natural, llámense lunar, terráqueo, solar o galáctico. Contar de diez en diez acaso tenga que ver con el número de falanges en manos y pies, pero nada autoriza a pensar que la acumulación de ceros o el curso mecánico de millares, centenas y decenas impliquen alguna suerte de umbral o salto cuántico. Ninguna cábala asoma ante el simple cambio de dígitos. SANTOS SUFRAGANTES Este año los mexicanos votarán por la renovación de diez gubernaturas en Veracruz, Oaxaca, Durango, Aguascalientes, Zacatecas, Chihuahua, Tlaxcala, Puebla, Sinaloa y Tamaulipas. Las esperanzas de la izquierda parecen concentrarse en Zacatecas, donde dicha corriente ya es gobierno por segunda ocasión consecutiva (RICARDO MONREAL, AMALIA GARCIA) amen de controlar tres de las cuatro posiciones en el Senado. En menor grado figura Oaxaca, entidad donde la extrema pobreza, la inconformidad magisterial y la brutalidad del mandatario priísta ULISES RUIZ no han logrado modificar de manera sustantiva el control que su partido demuestra en los procesos eleccionarios. Pobre en expectativas luce el año para un Partido Acción Nacional visiblemente castigado por las malas cuentas de la administración nacional y la desconfianza del votante que le dio la espalda en la elección federal de julio pasado. De confirmarse la tendencia observada en los últimos años, las mayorías seguirán distribuyéndose salomónicamente entre el abstencionismo y el PRI. En Tamaulipas el tiempo es demasiado corto para que la oposición (PAN, PRD, PT) sea capaz de armar un esquema de trabajo eficaz, ya no digamos en la puja por la gubernatura, sino en las alcaldías mismas. Se diría que alguna posibilidad tiene el PAN en Reynosa, por ser oriundo de dicha localidad su militante más combativo, PACO CABEZA. Quizás el sueño albiceleste en la cantera reynosense descanse en la posibilidad de aprovechar algún desacuerdo tricolor. No obstante, la apuesta panista se iría por el resumidero si el equipo de operadores que encabeza RICARDO GAMUNDI logra negociar una candidatura de consenso que incluya, ojo, la buena química del grupo político que hoy asienta sus reales en palacio municipal. Tampico es el otro bastión blanquiazul de importancia, sin duda por el peso del empresariado porteño cuyas lealtades son algo volubles, pues actúan puntualmente en función del candidato, más allá de ideologías o colores partidistas. En Madero, el declive del grupo quinista coincidió puntualmente con el desplome del PRD, mientras que en Río Bravo la izquierda luce descabezada tras la desaparición de JUAN ANTONIO GUAJARDO, el único líder con capacidad para unificar criterios dentro de dicha corriente política. En Matamoros, Mante y Madero, las oposiciones de la más diversa índole han observado un carácter intermitente, mostrándose incapaces de desarrollar estructuras fuertes que sobrevivan al carisma de sus abanderados exitosos. En buena medida, la endeble condición de los partidos opositores en Tamaulipas podría desarrollar algo de músculo alimentándose de disidencias priístas, como ocurrió en las décadas anteriores. Aunque la agenda del PRI tamaulipeco se antoja especialmente diseñada para evitarlo. El estilo que hasta ahora parece haberle funcionado a GAMUNDI se fincaría en: (1) la definición precoz de sus planillas y (2) una extensa “operación cicatriz” que se activa incluso antes de que las candidaturas se anuncien. EL PLATO FUERTE El misterio mayor del actual cotejo político es la nominación tricolor en pos de la silla principal. Ciertamente, recordar es volver a vivir. Hace seis años, en mi primera colaboración de año nuevo (lunes 5 de enero del 2004) me permití escribir algo como esto: -“La controvertida agencia Millot Ettudes Politiques difundió este fin de semana su más reciente análisis de prospectiva electoral donde señala como aspirantes a EUGENIO HERNANDEZ, HOMERO DIAZ y OSCAR LUEBBERT. De cualquier manera resulta interesante el que dicha agencia le asigne el carácter de puntero al alcalde cuerudo.” Pues bien, seis años después debo confesar que el panorama no luce tan claro, ni siquiera con el adelanto del calendario. Sin embargo, al igual que en el hándicap anterior, ninguna duda tengo de que la cercanía (en afectos y en propósitos) seguirá siendo el factor decisivo. BUZON: vivatamaulipas@prodigy.net.mx
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