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El regreso de Filizola a la UAT

José Ángel Solorio

20 de mayo, 2012

El regreso de Humberto Filizola Haces a la Universidad Autónoma de Tamaulipas está cerca. La incertidumbre económica, política y administrativa de la institución está generando las condiciones para que el hasta hoy exiliado grupo del ex rector, regrese con mayores protagonismos al lugar de donde fue desplazado por el entonces gobernador Tomás Yarrington.

La visión de la UAT como botín –o caja chica si se quiere- del gobernador, fue inventada por Yarrington. Para ello, ofreció una salida tersa al entonces rector Filizola: tomar la candidatura a una diputación federal, o la ruta de la defenestración.

El rector tomó el camino del acuerdo.

Y Yarrington tomó la Universidad.

Y le puso el ojo a 6 mil 500 millones de pesos, que eran el fondo para los trabajadores pensionados del Sindicato de la UAT.

Filizola, por acuerdo de la Asamblea Universitaria, había etiquetado aquella suma. Es decir: ese dinero nadie podría moverlo sino para pagar pensiones.

Pero a Tomás lo que menos le interesaba respetar era la legalidad y las formas universitarias.

 ¿Cómo manejar el asunto?

La Secretaria general de gobierno, Paloma Guillén Vicente, construyó la solución: llevar a rectoría a un amigo suyo –Jesús Lavín Santos del Prado- y preparar el terreno para apropiarse de los miles de millones de pesos de los trabajadores de la UAT.

Así llegó a rectoría Lavín Santos del Prado.

El nuevo rector, pronto dimensionó la estrategia de Yarrington. Y vio el problemón: llevarse los dineros de los jubilados sería su muerte política por lo que representaba: un delito y una vergüenza por lo ilegal y lo vulgar del movimiento.

Se resistió Lavín a la maniobra.

Yarrington no se anduvo por las ramas: lo destituyó  mediante una operación orquestada por Guillén Vicente y el avieso Ricardo Gamundi.

 ¿A quién poner?..

  La idea era llevar a rectoría a un personaje que aceptara todas las propuestas del gobernador. Pensaron entonces en José María Leal Gutiérrez, un discreto director de una oscura escuela de la frontera, con antecedentes de porro pero de institucionalidad a toda prueba, para ejecutar el saqueo.

Ya no le alcanzó el tiempo a Yarringon.

Las condiciones, sin embargo, generaron las circunstancias para que el siguiente gobernador del estado, metiera mano a la caja de la UAT.

De esa forma, desparecieron esos miles de millones de pesos que los trabajadores todavía creen tener para asegurar su retiro.

Es una pena: sólo el Tesorero Ettiene sabe dónde están esos millones.

 Con la salida del gobernador Eugenio Hernández Flores, los grupos de poder universitarios se reacomodaron. La banda capitaneada por el Tesorero Ettiene, presumía que podía apropiarse de la Máxima casa de estudios. Las cosas se las echó abajo la PGR: articulan una averiguación penal contra el ambicioso rector de facto.

Lo que viene dará un vuelco en la Universidad y en su política interior.

  ¿Si Ettiene es inhabilitado como se avizora…

 …quién se encargará de la UAT si el rector Chema ha sido exiliado en Mc Allen?..

Cierto: estamos ante un escenario de ingobernabilidad y de completo vacío de poder.

En función de eso, se plantea el regreso del grupo de Filizola.

En medio de tanto lodo, está la Secretaria General de la Universidad, Olga Limón Hernández, una mujer con perfil académico. Aparte de sus prendas intelectuales, la segunda de a bordo en el organigrama de la UAT, tiene un indisoluble vínculo político con el ex rector Humberto Filizola.

A punto del derrumbe de la pandilla de Ettiene Pérez del Río, cuya desmedida rapacidad está abortando su sueño de ser rector, y demolida la banda de Chema, se perciben aires frescos en nuestra Máxima casa de estudios.

Ojalá nadie termine en la cárcel.

(Y que regresen los 6 mil 500 millones que se llevaron, quienes se los llevaron)

Más lodo sobre Tamaulipas, es crueldad innecesaria.

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