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¿Debate?, ¡no manchen!

Max Avila

2 de junio, 2009

En Tamaulipas no existe la cultura del debate, eso vamos dejándolo para políticos sin quehacer de sociedades más avanzadas, de esos que pierden el tiempo discutiendo temas tan sofisticados como el calentamiento global, el descongelamiento de los polos, la multiplicación de los agujeros negros en el espacio o la proliferación de las armas nucleares. Eso no va con la idiosincracia de la raza de bronce, por ello la resistencia a debatir sobre asuntos de poco entendimiento y mucho compromiso. Debatir ¿para qué? si la aprobación o rechazo se dará en las urnas el 5 de julio. Y no es que el escribidor sea enemigo de ventilar las ideas a cielo abierto, sino porque aquí el dichoso “debate” tiene un sentido diferente. En primer lugar solo será aprovechado por candidatos “gandallas” que mediante el escándalo procurarán sacar tajada con la consecuente ganancia de todo tipo, porque ha de saber que en esto de la grilla todo cuesta y en tiempos de campaña se cotiza al alza y en dólares…¿entonces pa’ que hicimos la Revolución?. Ya imagino a panistas, panalistas, perredistas y petistas- con sus respetadas y honorables excepciones- disputándose las sobras del pastel que va regando el resto de los candidatos “fuertes”. El debate, señoras, señores representa buena opción pero solo a los pequeños y de ninguna manera conviene a quienes no tienen nada que ganar y todo que exponer, incluso la intimidad y uno que otro pecadillo en alcobas ajenas que como las rondas del maese Agustín Lara, hacen daño, dan pena y se acaba por llorar. “¿Y qué necesidá?”, como dijo aquel. Así que con todo y lo que diga Ricardo Gamundi y la mismita Bety Paredes, el debate entre dirigencias y candidatos en Tamaulipas está pelón para concretarse. Y luego con tantas fintas de campaña que han consumido las horas, los días y las semanas al grado que el día de la elección ya se observa en lontananza…aquí perrrrmítame recordar el chistorete contado por un queridísimo amigo que recién abandonó este mundo cruel. Contaba mi cuate de un león que aparecía en lontananza, uno de los escuchantes le preguntó el significado de la palabreja en dos ocasiones, a la tercera interrupción respondió más o menos así: “ pa’ que mejor me entiendas caón, lontananza significa case-la chingada, así que el león se apareció case-la chingada, allá venía el animal con su blonda cabellera, así que déjame terminar jijo de lontananza porque ya me estoy encabronando”. SUCEDE QUE A partir del 2011 aumentará el número de diputados locales, sea que en lugar de 32 serán 36 y esto, aunque lo parezca, no es una broma. Al igual que el escribidor usted pondrá cara de ¿what?, pero le juro que es cierto si nos atenemos a las reformas que están en marcha y han de culminar sin excusa ni pretexto allá por septiembre. Tendremos cuatro diputados más y habrá que responderle a la democracia apapachándolos como se debe que no siempre se puede uno dar esos disfrutes ni esos lujos propios de los sistemas más evolucionados. Es un privilegio pues, pero, ¿cuánto hay que apoquinar?. Eso es lo de menos porque lo que se gaste en política siempre será barato. De manera que el poder legislativo se enriquecerá con cuatro gladiadores que seguro llegarán para hacer lo de costumbre… ¿qué bueno, no?, ahora habrá que ver como los vamos a mantener. En el inter deje y le cuento que Marco A. Bernal ya no sale de Tamaulipas. Tan pronto se le ve en el norte, en el sur que en el centro y hasta por el rumbo de “el Moquetito”, “Balconcitos” y puntos intermedios...sus razones tendrá. Hasta lueguito.
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