Insultos y odio en las redes

Martín SIFUENTES

26 de September, 2021

Pareciera que hoy en día nadie debiera escandalizarse por los insultos que a a diario recorren las redes sociales, pues lamentablemente se ha vuelto tan común que ya a nadie sorprende.

Sin embargo, hoy si es un buen momento para reflexionar a cerca de esto que pasa en las redes y que nos esta haciendo daño como sociedad.

Un tweet lleno de palabras soeces aparentemente dirigido al presidente Lopez Obrador y a su señora esposa ( y digo “aparentemente “porque el autor nunca los menciona directamente), abrió el debate en torno al uso de las redes para denostar, insultar, agredir y promover el odio.

Twitter, particularmente se ha convertido en un foro en donde las agresiones son el tono más constante. La utilización de palabras obscenas para ofender, es demasiado frecuente.

Obviamente, nadie pide censura, ni que se coarte la libertad de expresión en esa red, sino más bien corresponde a cada usuario tener el tino y el tono adecuado para decir y opinar.

Porque se puede criticar, se puede manifestar desacuerdo, se puede ser duro, durísimo si se quiere, pero sin llegar a escribir vulgaridades y calificativos ofensivos. Hacer esto, solo demuestra una falta de inteligencia y de ideas interesantes.

Esto no se trata de una defensa ni del presidente, ni de su esposa, pues lo que a ellos les sucedió, desafortunadamente les pasa diariamente a miles de personajes públicos que tienen una cuenta abierta en redes, en la que reciben desde mentadas de madre, hasta los más terribles insultos y adjetivos. 

Y si, se le carga más a las mujeres, y a cada rato, actrices, intelectuales, periodistas, políticas, cantantes, activistas y hasta científicas, son blanco de tremendos improperios que les dirigen la mayoría de las veces desde el anonimato que da un seudónimo. 

Hay tremendo odio en las redes. Hoy debe ser un buen momento para detener esos agravios, y para pensar que a quien no nos gusta, no nos cae bien o a con quien no estamos de acuerdo, lo podemos juzgar, reprobar, despellejar y hasta poner como un trapo si se desea, pero sin ofender con patanerías y vulgaridades.