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No es simulación

Raúl HERNANDEZ

23 de mayo, 2011

El diputado Gustavo Torres Salinas, Presidente de la Comisión de Vigilancia de la  Auditoría Superior del Congreso del Estado, anunció que se auditan los dos últimos trimestres del 2010 de los ex alcaldes Ramón Garza Barrios y Oscar Luebbert.

Dijo que, además no una simulación sino un trabajo serio,  y por lo visto pocos le creyeron, pues horas después la Presidenta de la Junta de Coordinación Política, Lupita Suárez Dávila, salió a decir que las auditorías van en serio.

Y es que hasta ahora todo suena a un asunto mediático.

En conjunto los dos ex alcaldes fronterizos dejaron una deuda superior a los dos mil millones de pesos. De 439 es la de Luebbert y de 1,650 la de Ramón Garza Barrios.

En el caso del neolaredense lo que se le reprocha es haber contratado un crédito, en el 2009, con el NadBank por  casi mil millones de pesos y haber negociado para que le dieran dos años de gracia, de tal manera que su administración no hizo un solo pago, pero en cambio la deuda creció por los intereses generados  y  llegó a los 1,200.

La actual administración realizó el primer pago a finales de enero, por un monto de 12 millones de pesos. Esto además de que también se recibió una deuda corriente de 450 millones de pesos, entre ellos 72 millones a la empresa Setasa, por concepto de 10 meses salteados, a lo largo de  los últimos 18 meses del trienio.

Pero además, al dejar la administración, empezaron a salir detalles de  todos sus desaciertos: dejo obras inconclusas y el gobierno actual destinó más de 100 millones de pesos para terminarlas y aún corregirlas,  dejo  deudas con constructores y proveedores, no pago las becas del segundo semestre del 2010, lo que equivale a recursos por 14 millones de pesos, entre muchísimos vicios  descubiertos.

El gran error de Ramón Garza Barrios es que nunca quiso ser alcalde. Su sueño era ser gobernador de Tamaulipas y desde el uno de enero de 2008 empezó a trabajar con esa mira. Endeudo a la ciudad a niveles históricos, convencido de que una vez que fuera gobernador,  podría ayudar a Nuevo Laredo y saldar la cuenta. El poder lo perdió, se convirtió en un tirano y se echó en contra a  los grupos políticos, empresariales y aún sociales. Hoy por eso,  no  causa sorpresa que  Ramón mantenga un bajo perfil, no  emite declaraciones sobre los señalamientos que se le hacen.

El que si los hace, pero de manera muy torpe, el diputado Héctor Canales González, a quien  Ramón hizo diputado a pesar de su escasa preparación  y quien a principios de este año se aventó la puntada de decir en Ciudad Victoria que a la gente de Nuevo Laredo no le interesaba el monto de la deuda  dejada y que estaban interesados en otras cosas.

Se supone que Ramón  hizo diputado a Héctor Canales para que lo defendiera, pero de poco le ha servido. Héctor esta para que lo defienda, no para defender él.

Que no nos extrañe que luego de una  intensa investigación, se determine que Ramón Garza Barrios no incurrió en ninguna responsabilidad durante su gestión. Eso es lo más natural que suceda. Inusual serian que nos digan que si tiene responsabilidad y que  será llamado a cuentas.

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