7 de octubre, 2011
Ayer arrancó formalmente el proceso electoral que tendrá como punto culminante la jornada del 1 de julio del 2012.
Hay números y fechas que son importantes.
Hay un padrón electoral de 83 millones de ciudadanos en todo el país, de los que 76 han recogido su credencial de elector.
Para la elección presidencial se instalarán más de 151 mil casillas y a los siete partidos con registro formal se les subsidiará con 5 mil 292 millones de pesos.
El 18 de noviembre es el plazo para que los partidos registren los convenios de coalición.
El 14 de diciembre se instalan los 300 consejos distritales en el país.
Del 18 de diciembre al 15 de febrero serán las pre-campañas para que los partidos selecciones a su candidato presidencial.
Del 16 al 22 de febrero son las elecciones internas para que los partidos definan a sus candidatos.
Del 15 al 22 de marzo es el registro de candidatos y del 30 de marzo al 27 de junio serán las campañas.
Hay también una serie de medidas adicionales que se van a aplicar en esta elección, como son un segundo recuento, en los comités distritales, siempre y cuando se cumplan condiciones como que los votos nulos sean mayores a los efectivos, que todos los votos hayan sido para un solo candidato o que la diferencia de votos entre el ganador y el segundo lugar sea de menos del uno por ciento.
También esta prohibida la propaganda partidista que de manera subliminal o abierta, se utilice en telenovelas, las entrevistas pagadas haciéndolas pasar como informativas.
Las organizaciones sociales podrán promover el voto, pero sin tomar partido a favor o en contra de alguno de los candidatos.
En fin son nuevas reglas con las que se evita caer en los extremos del 2006 cuando se utilizó todo el poder político y del dinero en contra de Andrés Manuel López Obrador.
En otro tema, el alcalde Benjamín Galván Gómez encomendó al Secretario de Desarrollo Económico, Alejandro Pascal, la tarea de promover el turismo médico como fuente generadora de recursos.
El turismo médico puede ser fuente de muchos recursos en la frontera norte del país, donde no hay punto de comparación entre lo que cuestan las consultas médicas, la hospitalización o los medicamentos en uno y otro lado de la línea divisoria.
El otro día nos tocó escuchar a una conocida que vive en Laredo, que compro penicilina genérica y le pareció ridículo haber pagado dos dólares y centavos por una cajita, cuando ese mismo medicamento en su ciudad vale arriba de los 40 dólares.
O igual pasa con un embarazo que en los hospitales públicos anda entre 4 y 6 mil pesos, contra 10 mil dólares en la vecina ciudad.
Hay pues, un gran potencial en esto del turismo médico en el que no solo se beneficia el profesionista, también las farmacias, de paso el visitante come o cena en algún restaurante, surte la despensa o entra a curiosear a una mueblería. Hay mucho movimiento y vale la pena promover el turismo médico.