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29 de octubre, 2011

  El reynosense Abel Guerra es uno de los más relevantes políticos y empresarios tamaulipecos. Creció empresarialmente a la sombra de Emilio Gamboa Patrón en sus gloriosos tiempos de Secretario Particular del Presidente Miguel de la Madrid Hurtado. Fue acercado a las Ligas Mayores de la política por un destacado funcionario de aduanas originario de San Luis Potosí. Luego el vínculo sería reforzado por el riobravense Homero Cárdenas quien operaría por años como el hombre de confianza en la política y los negocios de Gamboa Patrón.

  Guerra pasaría de un empresario de la construcción emprendedor pero modesto, a ser uno de los empresarios más productivos en el Noreste mexicano. Incursionó también en la política y llegó a gobernar algún pueblo periférico de la Sultana del Norte. Siempre con el apuntalamiento de la corriente de Gamboa Patrón.

  Iba muy bien. Hasta que cometió un monumental error político: decidió jugar contra Natividad cuando este ya había sido palomeado por los factores nacionales. De ahí pal real: su carrera política ya no fue tan prometedora. El grupo de Gamboa institucional como siempre, apuntaló con todo a Natividad; entre ellos estaba Homero Cárdenas.

 Guerra enfrió de esa forma sus relaciones con los actores centrales.

 Gamboa no lo expulsó del equipo. Simplemente lo dejó sufrir los efectos del error.

 La fortuna de Abel era ya imbatible. Actuaba, operaba como uno de los grandes tiburones de la construcción en el Noreste. Sus activos se contaban en miles de millones de dólares.

  Hermanando la lógica política con la lógica empresarial, Abel articuló una extensa red de apoyo a candidatos en Coahuila, Nuevo León, Tamaulipas y San Luis Potosí. Sumando soportes a candidatos de cualquier parte del país, que tenían la suerte de ser recomendados por Gamboa Patrón.

 Siendo diputado federal Rodolfo Torre Cantú, hizo pactos con legisladores afines a Enrique Peña Nieto. Entre ellos, varios conocidos de Abel Guerra. Empezó de esa forma un acercamiento entre el tamaulipeco y los hermanos Guerra. Fiel a su estilo, Guerra estrechó la relación con Torre Cantú cuando fue postulado por el PRI como candidato a la gubernatura de Tamaulipas.

 Para algunos, esa es la explicación del arribo de Dinorah Guerra al gabinete de Egidio Torre Cantú. Aunque para muchos otros, todavía sigue siendo inexplicable.

 La salida de la doctora Guerra, generará mucha inquietud en la administración Torre.

 ¿Fue tersa, la renuncia de Guerra?..

 ¿Seguirá teniendo representación en el Gabinete el grupo de los hermanos Guerra?..

 ¿Continuará la alianza de la administración Torre, con los hermanos Guerra?..

   Los oficios de Homero Cárdenas son más necesarios que nunca. Hoy actúa como un operador bisagra con ciertos actores de la capital del país con el gobierno de Torre Cantú. Ante la ausencia de interlocutores eficaces en la administración Tamaulipeca, con la estatura necesaria para dialogar con los Guerra, no es remoto que se eche mano de él.

 Porque el horno no está para bollos. En un escenario electoral en ebullición, aderezado por una oposición panista de alto perfil lo menos recomendable es abrir frentes con los actores empresariales de la región.

 Dinorah ya cumplió su sueño.

 Ahora, hay que cuidar que no se rompa la gobernabilidad.

 

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