Martha Isabel Alvarado
Dirección General
Fernando Flores
Sub Dirección General
6 de julio, 2012
El recuento de los votos que ahora despliega el IFE no es ni tantito el desahogo a los pretendidos reclamos de los partidos políticos y candidatos.
Este “voto por voto” actúa por motu propio atendiendo a los mandatos del Código para revisar todos los paquete donde se presente alguna inconsistencia. Las eventuales impugnaciones vendrán después y entonces si el litigio postelectoral.
Como quiera no deja de ser ilustrativo el hecho de que producto de la revisión de la elección presidencial iniciada el miércoles y concluida ayer no se encontraron irregularidades mayores que precisen el cambio de las tendencias conocidas hasta la víspera.
En realidad la jornada sirvió para “limpiar” las faltas que por la inexperiencia, la premura, el cansancio o cualquier acto involuntario propiciaron los ciudadanos funcionarios de casilla al cierre de la jornada comicial.
Fueron 2 mil 743 paquetes correspondientes a sendas casillas, de las 4 mil 347 instaladas, los que se abrieron para checar, voto por voto, que todo estuviera bien en cuanto a este nivel de la elección.
En el proceso, siempre hablando de Tamaulipas, algunos votos “recuperó” el PRI, pero nada que cambie las tendencias que arrojó el Programa de Resultados Preliminares.
Concluido el recuento y cómputo de la elección presidencial, los Consejos Distritales ayer mismo iniciaron con el repaso a la elección de los diputados federales que deberán terminar hoy para seguirse con la elección de Senadores.
Entre los méritos nacionales que gusta de presumir Tamaulipas deberá decirse que entre los 300 distritos federales electorales el único dispuesto para revisarse en todos los paquetes para las tres elecciones correspondió al terruño y fue el IV matamorense.
Acá se dieron las mayores inconsistencias que de entrada detectó el IFE.
Si fuera otro el escenario pronto le habrían encontrado suspicacias los otros partidos a que fuera precisamente donde se ganó con mayor margen donde primero se concluyó el recuento; donde la votación fue más cerrada se retardó la conclusión de los trabajos.
Mañana sábado, al concluirse con el proceso de escrutinio y cómputo de las tres elecciones, ahora sí, correrán los cuatro días que concede el COFIPE para presentar recursos de inconformidad.
Solo entonces el PAN podrá reclamar -otra vez- la reapertura de paquetes y recuento de votos en el distrito VI de El Mante y el PRI en los II, III y IV de Reynosa, Río Bravo y Matamoros.
Los panistas reclamaban la causal de que al ser menor al uno por ciento la diferencia de votos entre el ganador y su seguidor debía de aplicar el voto por voto pero el cómputo arrojaba un 1.16 a favor de la priísta ROSALBA DE LA CRUZ.
En el caso de los priístas asientan que en los tres distritos norteños los votos nulos superan con mucho la diferencia entre sus candidatos y los presuntos ganadores panistas con el agregado que la intención de la mayoría de los autores de esos sufragios era votar por los priístas.
Para los Consejeros distritales Electorales eso resulta “sin embargo”.
Quien haya marcado dos emblemas sin tratarse de una coalición, el voto es nulo; los tribunales son los que en su caso ordenarán la reapertura de los paquetes y decidirán si en efecto aplica aquella jurisprudencia.
Al propio IFE remiten los tricolores la causa de la confusión de sus simpatizantes pues la víspera de la elección desplegaron una intensa jornada “orientando” a los ciudadanos para que marcaran todos los emblemas de las propuestas coaligadas.
La cosa es que el PRI solo iba en coalición con el Partido Verde en la Elección Presidencial y muchos -se estima las dos terceras partes de la totalidad de 80 mil votos nulos en Tamaulipas- se siguieron de largo marcando los dos emblemas también en la elección de Senadores y Diputados.
El tema pesa porque en los distritos de Reynosa, Río Bravo y Matamoros, el presunto triunfo panista se cifra en ventajas de 2 a 3 mil votos, cuando los votos nulos anduvieron entre los 10 y 11 mil.
Hay quienes dicen que en cuanto se siente ENRIQUE PEÑA NIETO en la silla presidencial empezará el pase de facturas “contra los Estados que no aportaron a la causa” en el proceso que derivó en su elección.
Los hay, incluso, que ponen a Tamaulipas en esa condición.
Nada más errático.
Por el contrario, Tamaulipas y los tamaulipecos van a tener que padecer por buen rato a sujetos como FRANCISCO JAVIER GARCIA CABEZA DE VACA, en su sacrificio que fue, es y será, más que aportación para el movimiento peñista.
Ciertamente en Tamaulipas ENRIQUE PEÑA NIETO no ganó, pero no fue porque el priísmo tamaulipecos, sus estructuras y liderazgos no se hubieran aplicado en campaña, porque hubiera prevalecido la simulación o el trabajo oculto hacia la contra.
Nadie podrá negar que los candidatos priístas y las estructuras del partido sudaron la gota gorda, cada uno de los días dispuestos para la campaña, que hicieron foros, volantes, acuerdos, cursos, análisis, despliegue de estrategias siempre buscando el voto.
Lo hicieron, además, sorteando una serie de limitaciones y obstáculos provocadas desde fuera… y ahí radica su principal aportación.
El PAN-Gobierno federal concentró en el noreste del país todas sus baterías para desde aquí armar sus triunfo nacional, acotando, denostando, dividiendo a las huestes priístas e instalándolas en el plano del país como “el mal ejemplo”.
A la par concentraron aquí el despliegue de artimañas reñidas con la legalidad como el uso de recursos físicos, técnicos y humanos para apuntalar la causa de partido y candidatos.
Sin embargo el estoicismo de los entes objetivo evitó que el tema local contaminara para el PRI la escena nacional y el despliegue de recursos federales en contra mientras se acotaba la capacidad de maniobra ejecutiva local apenas les alcanzó para brincar la tablita doméstica.
Al PAN-Gobierno federal le salió muy cara la Senaduría tamaulipeca y en el caso de las diputaciones federales, solo dos de manera holgada y una “apretada” contra dos perdidas y cuatro en disputa.
Arrebatar parte del botín electoral tamaulipeco le significó perder la Presidencia de la República y otros escaños.
Y de eso deberá tener plena conciencia el proyecto superior nacional como para desde ya vislumbrar en qué sentido pueda ir el pase de facturas de que tanto han hablado algunos con la mira torcida.
Abrevar en figuras del pasado para pretender otros escenarios de futuro será desconocer la nueva realidad nacional y la prospectiva que a querer o no trascenderá en los tiempos.
Las incongruencias entre el decir y hacer como nunca, se cobrarán por anticipado y acotarán cualquier pretendido desvío.