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El incómodo coloso

Max Avila

20 de septiembre, 2010

Durante la noche de “el grito”  en el zócalo de la capital del país apareció un gigante de veinte metros llamado “el coloso” que nos asombró y del cual no se ha dado una explicación válida. Es tanto el desconcierto y la sin razón del hecho  que los mexicas hacemos las comparaciones respectivas: que si se trató de alguno de los “chentes” famosos, como Fox o Fernández, que si es copia fiel y exacta de Stalin, que si tuvo algún parecido con Zapata, con Luis Donaldo, don Porfirio o de perdis con Luis Aguilar “el gallo giro”.

De acuerdo con su autor, el escultor Canfield,  tratose de clonar la figura de Benjamín Argumedo, pero resulta que este fue contrarevolucionario a pesar de los “corridos” que lo ubican como defensor de los pobres.  Y esto suena como a burla del gobierno conservador, ¿a poco no?.

Desde luego no caeremos en la inocentada de que la idea fue del artista y nadie más que del artista, digo porque en esta clase de “chambas” el que paga pide y manda. Así que alguien de “muy arriba” debió sugerir la semejanza de “el coloso” con Argumedo.

La supongancia acercase a Lujambio, el secretario de Educación, quien ahora no encuentra como salir del brete tras la crítica nacional contra Calderón por las mismas razones.

El asunto es que aun no sabemos el sentido de esta fantasmagórica aparición que dejó al respetable con cara de ¿what?, y más confundido que un  cocodrilo en una tienda de mascotas. Por otra parte, el fuego también tuvo su juego. Esas “tomas” del palacio nacional en llamas no remiten a los escenarios hitlerianos utilizados por el fascismo no solo pa’ impactar sino pa’ atemorizar.

 Remember que hace algunos sexenios en Tamaulipas se pretendió algo parecido, solo que entonces triunfó la cordura y el sentido común. Y es que no había motivo pa’ inquietar a la concurrencia que en la respectiva celebración se la pasaba “chido” y en el más perfecto desmother.

La fiesta de la noche del 15 en el DF fue “inolvidable”, pero nos costó una buena “lana” que se aproxima a los 700 millones de pesos, según cifras oficiales. Y deje que no es todo porque el gobierno panista incluye 250 millones más en el presupuesto del 011. Es aquí donde la oposición levanta las cejas preguntándose: “ ¿Y pa´que jijos más dinero si el jolgorio terminó?”. Y tiene razón, ni que se tratara de curar la “cruda” patriotera todo el próximo año.

“¿Psssss que tomaste criatura?”, como diría mi santa abue.

Pero bueno, ya pasó, lo que en realidad el escribidor desde el principio quería decir, es que ya no hay respeto ni justicia pa’l hombre “honrao”. Resulta que en Mérida la raza desapareció documentos y apreciados objetos que don  Porfirio enterró hace cien años.

Sucedió en el zoológico del lugar a donde el anciano dictador acudió a colocar la primera piedra, justo donde ahora la inteligencia policiaca confirma que se trató de un vulgar robo. ¡Chingao, ya no hay moral!.

SUCEDE QUE

Cumplido su ciclo, en marzo próximo se va Bety Paredes de la dirigencia tricolor y a su lugar probablemente llegue un gobernador que pronto dejará de serlo. Se habla de varios, ahí usted haga su quiniela.

En el inter el CEN del PRI no deja de satanizar las mentadas alianzas y es que como luego dicen, “el miedo no anda en burro”.

Y hasta la próxima.

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