Luis Alonso Vásquez
Dirección General
Martha Isabel Alvarado
Sub Dirección General
18 de julio, 2011
1.- El avance, evolución y progreso de la administración pública federal es un cuento que no creen ni los párvulos de pecho. Y por experiencia propia el escribidor se remite a las pruebas: antes para obtener el pasaporte uno acudía a temprana hora, depositaba sus papeles, pagaba en el banco y horas después contaba con el documento que aquí entre nos, entregarlo en tiempo y forma es obligación de las autoridades.
Eso era antes, ahora debe llamar a un teléfono con clave nacional donde obviamente le contesta una grabación pidiéndole permanezca conectado hasta que a un empleadillo se le hinchen” los desos” y se digne a responder solo pa’ someter al interesado a un humillante y hasta peligroso interrogatorio para finalmente designarle fecha y hora en la que debe hacerse presente en la oficina respectiva, “sin excusa ni pretexto” bajo la amenaza de que perderá el turno “ y quien sabe hasta cuándo podamos darle otro”.
Está claro que el empleadillo utiliza el tradicional poder de la burocracia acomplejada que a todos los niveles insiste en despreciar al mexicano como venganza de su triste destino.
El señalado turno es intransferible lo cual parece correcto, aunque el complemento de la cita suena a tontería por no llamarla estupidez, porque usted tendrá que ingresar a internet, pasar por el infierno de localizar la dirección que el tipejo proporciona y obtener el formato bancario con el que ha de cubrir el costo. Ahora que para saber cuánto tendrá que pagar debe acudir a la delegación de relaciones exteriores más próxima, discutir con el personal pa’ que le entreguen dicha información y si bien le va recibir su pasaporte en un plazo de 24 horas. Si así sucediera usted sería un consentido de la suerte y la fortuna. En caso contrario, una víctima más de la misérrima burocracia que tanto daño ha causado a esta pobre nación.
Usted dirá que es una contradicción con las declaraciones que llenan la boca de los funcionarios, y está en lo cierto porque en lugar de facilitar el trámite, en este caso de un documento tan necesario como el pasaporte, complican y se complican la existencia sin necesidad alguna. ¿De qué se trata digo yo?.
¿Y qué sucederá con los campesinos, obreros, colonos, etc, que no cuentan con internet o habitan en zonas donde no existe?. ¡Ah!, pues es su bronca, quien les manda no incorporarse a “la modernidá”.
La conclusión es que el gobierno panista solo trata de hoder al solicitante, como si éste no tuviera otras preocupaciones. Y todavía hay que pagar por un servicio que si no gratuito, debiera ser de simbólico pago. Uno no tiene la culpa de haber nacido en un país donde apatía y corrupción van de la mano. Y ni modo que sea invento.
2.- Mientras tanto los partidos andan movidos buscando razones, motivos y candidatos pa’ arañarse y sangrar por los Pinos. Ya sabemos, Calderón tuvo su encerrona sábado y domingo con lo más florido del panismo olvidándose de los problemas nacionales, para concentrarse en la sucesión que viene.
Es asunto de estrategias, sea de la forma y manera de cómo zancadillear al enemigo. Ni como negar que FCH es principal activista de su partido cual si ya anduviera en campaña a favor del secretario de Hacienda Ernesto Cordero Arroyo por el que ya no puede ocultar sus simpatías. Recordéis que López Portillo “le pegó” siendo titular del ramo, gracias a la generosidad de Echeverría. Eran otros tiempos como lo fueron aquellos en que Marte R. Gómez ocupó el mismo cargo en Hacienda durante el gobierno de Abelardo Rodríguez, aunque no le llegó a la grande.
Pero igual en el PRI donde de nueva cuenta Marco Antonio Bernal presentó lo que denominan “plataforma electoral 2012” que comprende una especie de propuestas y consensos alrededor de temas fundamentales que de alguna manera han sido ignorados por el gobierno panista como eso de “reconstruir la política social para adecuarla a las necesidades de las familias mexicanas” o “dar solidez a un estado garante de la paz, la seguridad y la certidumbre jurídica”. ¡Ah, ta güeno!.
Y hasta la próxima.