Luis Alonso Vásquez
Dirección General
Martha Isabel Alvarado
Sub Dirección General
11 de septiembre, 2011
Los días de Diódoro Guerra, en la Secretaría de Educación están contados. Arrinconado por la agresividad del Sindicato Nacional de los Trabajadores de la Educación (SNTE); achicado por su nula capacidad para la negociación y el diálogo con el pensamiento diferente al suyo y su deficiente talento para articular alianzas con los actores políticos regionales –nadie lo conoce, por lo que con nadie tiene compromiso- lo han convertido desde su regreso a Tamaulipas en uno de los eslabones más frágiles de la administración estatal.
Se intenta generarle una salida digna. Un adiós con gloria. (Difícil tarea, pero esa es la estrategia que se avizora). La postulación a la diputación federal por el Distrito Primero con cabecera en Nuevo Laredo, parece ser el puente de plata para el titular de la SEP tamaulipeca. Con tal maniobra, Egido Torre cubriría una insistente demanda del profesorado, salvando su maltrecho principio de autoridad, al tiempo de mandar una señal amigable a la Sección XXX del sindicato de maestros.
Al mismo Diódoro, le urge dejar la dependencia a su cargo. Desde su nombramiento en lugar de generar expectativas para incrementar los niveles de calidad de la educación en la entidad, prohijó fricciones con los actores educativos y se amuralló con personajes de evidente mal fario y palpable mal perfil como Bladimir Martínez y otros de la misma contextura.
Desde hace meses, el Secretario Guerra, deambula por todos los rincones de Tamaulipas con un inocultable rostro de fiambre. Las ocasiones en que ha acompañado a Egidio Torre Cantú en eventos propios de la naturales de su Secretaría, el miguelalemanense no ha podido disfrazar su incomodidad y su escozor, sobre todo cuando tiene al lado el dirigente de los profesores en el estado, Arnulfo Rodríguez.
La salida de Diódoro, si duda, proporcionaría oxígeno a la administración de Torre Cantú. Y al mismo tiempo, pondría a prueba las fortalezas del aún Secretario para hacer política a ras de suelo. (Cosa que nunca ha hecho en su vida). Jamás ha pasado por la prueba de las urnas; en su vida, ha sudado la camiseta para solicitar y obtener el voto ciudadano; desconoce el costo real del sufragio. Aún así, lo quieren lanzar al ruedo.
Esa es la idea.
Ese es el plan de los cerebros grises del PRI-
Falta lo que diga, la sombra de Diódoro: Arnulfo Rodriguez.
El profesor y su jefa Elba Esther Gordillo, también tienen su proyecto. Quieren la diputación, o aliados con el PRI o enfrentados con el PRI, desde el PANAL. Y para variar, Arnulfo quiere por el Distrito Primero con cabecera en Nuevo Laredo, lugar de donde es oriundo.
Es decir: por la geografía electoral en la cual se aspira ubicar a Diódoro.
Parafraseando al genio de Florencia: “Tu enemigo es alguien que quiere lo mismo que tú, al mismo tiempo que tú…”
¿Así, o más claro?..
Falta todavía tiempo para definir cómo actuará el PANAL y su jefa máxima. Si van con el PRI o van contra el PRI. Eso obviamente, tendrá sus impactos en Tamaulipas. Lo que se vislumbra en la tormentosa relación entre Diódoro y Arnulfo, es una continuidad en los enconos. Se asemejan a esas parejas que ya divorciadas, se siguen tirando dentelladas.
¿Amores perros..?
No.
Algunos psicólogos han encontrado un eufemismo:
-Amores tóxicos.