El parto anunciado

Max Avila

9 de octubre, 2011

Difícil será elegir al candidato tricolor a la presidencia de la república cuando los principales aspirantes han definido sus intenciones. Difícil digo porque tanto Enrique Peña Nieto como Manlio Fabio Beltrones dependerán del estado de ánimo de la militancia. Transcurrieron los tiempos en que el pleno del PRI jugaba a “la cargada” en obediencia a una sola voz de mando. Ahora los presuntos han de colocarse en el aparador de las ilusiones y desde ahí sonreír al respetable que emitirá su voto en relación directa a sus expectativas.

El asunto es que el triunfador en esta lucha interna contará con el aval de la mayoría de sus compas de partido. Hasta ahí vamos bien, como diría el ranchero, pero, ¿cómo, de qué forma y de a cuánto serán las campañas pa’ lograr dicha candidatura?. Y deje, ¿quién o quiénes las costearán?.

La cosa no es sencilla. Imaginamos que un grupo de cuates de Peña Nieto “se  ponen con su cuerno”  y otros tantos lo hacen a favor de Manlio Fabio. Del primero sabemos, está respaldado por  grandes medios de comunicación como Televisa e industriales cuyos intereses radican en el Edomex, extranjeros los más poderosos al parecer. El escribidor supone que con eso es más que suficiente pa’ que el chicuelo pase a la siguiente etapa de este sabroso concurso.

Mientras tanto al pobrino de Manlio, ¿quién lo apoyará?. A lo mejor ciertos y viejos místicos del sistema que ansían la derrota del grupo Atlacomulco de triste memoria en la política nacional. Y desde luego “por debajo del agua” algunos dinerosos que como siempre sucede, trafican con una doble personalidad. Tal vez se vea orillado a “botear” en el Metro, micros y camiones pa’ completar el gasto.

En este sentido y al final triunfará  aquel que logre el beneplácito mayor. Usted dirá que eso es obvio y tiene razón, aunque el secreto estará en la forma y manera en que se gane el aplauso de los que todavía guardan sus esperanzas en el morral.

Quedamos entonces en que la victoria dependerá de la penetración y convencimiento que alcancen los aspirantes, sin embargo, ojo que por aquí se cuelan las prioridades de los mexicas que aun sabiendo cuáles son no dejan de inquietar.

Algunos analistas, de esos que sí  saben, aseguran que el único que garantiza la paz social es Manlio Fabio quesque “porque no le tiembla la mano” lo cual significa que le echará todos “los desos” a la guerra que sin duda dejará inconclusa Calderón. Eso por una parte, por la otra que llegaría sin los compromisos que desde ahora se le adivinan al mexiquense. Sin embargo hasta ahora no sabemos lo que el priísmo tomará en cuenta pa’ emitir su voto. Lo único claro es que la elección interna será abierta y costará un billetote, ¿quién lo aportará?, esa es la segunda parte del misterio.

Lo anterior no obsta pa’ que conste que la militancia tricolor en Tamaulipas se declara lista y unida pa’ entrarle al combate que se avecina. Ya lo dijo el gobernador Egidio Torre Cantú y lo confirman sus compañeros de partido.

2.- Bruno del Río recién celebró su cumpleaños y lo quiso hacer con el personal de la Comisión estatal de Derechos Humanos que preside. Por supuesto le deseamos que siga cumpliendo muchos años más de vida, precisamente en el evento se dieron cita algunos de sus buenos amigos como el doctor Egidio Torre López y Carlos Hinojosa, el joven director de la unidad de Derecho y Ciencias sociales de la UAT cuyo futuro es prometedor.

Bruno ya es una inversión social por ello llamó la atención su anuncio de que la presidencia de la CEDH será su último cargo oficial. Fue como si anticipara su jubilación. Estamos ciertos de que ha caminado mucho por el oficio político y por lo mismo pensará dedicar más tiempo a su familia que bien lo merece, pero no debe olvidar que es un soldado institucional y por lo tanto patrimonio de la revolución, lo cual no es exagerado sino justicia  a secas.

Por lo pronto se comprobó que en la CEDH es un buen jefe.

SUCEDE QUE

El premio nobel de Literatura Mario Vargas Llosa no quiere al PRI al que califica de “infumable”  y además  “peligroso” por su probable retorno a Los Pinos. Pero tampoco quiere a Calderón de quien asegura ya perdió la guerra anunciada. En síntesis el peruano parece no tener ningún cariño a México, ¿será porque aquí se originó el escándalo donde abofeteó a “gabo” García Márquez por chismes que nunca han sido bien aclarados?.

Y hasta la próxima.