Luis Alonso Vásquez
Dirección General
Martha Isabel Alvarado
Sub Dirección General
24 de octubre, 2012
Nadie puede poner en duda que como en pocos sexenios, la transición de gobierno se está dando, ahora sí, de manera más que tersa. Suavecita.
Las constantes y muy largas reuniones entre Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, dan cuenta que él primero está entregando puntualmente la información de todas las aéreas del gobierno federal. Y qué bueno.
El Presidente Electo también se ha dado tiempo para sentarse a platicar, igualmente, por horas, con el bloque de gobernadores emanados de la izquierda, autollamados “progresistas”, lo cual no deja de ser extraordinario, porque, por ejemplo, Felipe Calderón nunca lo logró.
Y ya antes Peña Nieto lo había hecho con mandatarios estatales panistas.
Y días atrás, lo vimos con figuras internacionales de la talla de Francoise Hollande, Angela Merkel , Mariano Rajoy y David Cameron
¿Ante que estamos? Evidentemente, cuando lo vemos con personajes nacionales que no son de su misma ideología política, estamos ante un nuevo lenguaje de conciliación.
Y cuando interactúa con Presidentes y primeros Ministros europeos, ante un nuevo manejo de las relaciones internacionales. No debemos olvidar que fue recibido sin ser aun Presidente Constitucional. Eso, en el lenguaje diplomático, es una deferencia.
Lograr acuerdos antes de tomar posesión, es un trabajo político interesante. Observamos un nuevo estilo de negociación.
Que sea para bien de todos los mexicanos.
Porque si bien llegará Peña Nieto al poder en unas cuantas semanas, no lo hará con el respaldo, ni el reconocimiento total de la población. A pesar de su buena “pretemporada”, todavía emana desconfianza.
Y a quienes no votamos por él, pero que lo aceptaremos como Presidente, nos debe conquistar.
Bien sabemos que no es poseedor de una vara mágica y que cambiará a este país de la noche a la mañana, pero cuando menos su arranque ha sido prometedor.
Tiene tarea.