Luis Alonso Vásquez
Dirección General
Martha Isabel Alvarado
Sub Dirección General
1 de junio, 2010
Yo digo que si el futuro ya nos alcanzó, los jóvenes deberían participar más en política. Desde luego refierome a quienes tienen conciencia de lo que sucede alrededor de su existencia y la de los demás, y no a la chaviza que le entra a la grilla porque no tiene otra cosa que hacer, o porque sus padres les dijeron que es una buena forma de adquirir fama y riqueza pronta y expedita. Tampoco hay que confundir a quienes sienten y desean practicar su vocación de servicio, con las parvadas que vemos en los cruceros promocionando a tal o cual candidato por un billete o la promesa de una chamba oficial. ¡Nóoooooooooo!, aquí se trata de jóvenes que por ser excelente opción preparanse en las aulas de educación superior. No entiendo porqué existe el ordenamiento de evitar el ingreso de los diversos candidatos a los campus universitarios mientras por otra parte aportan un buen de chavos como “observadores electorales”. Por fin, ¿son o no ciudadanos?. La participación de los jóvenes en política sería un buen ejercicio cuando ya sabemos que tarde o temprano heredarán el sistema que ojalá de ipsofacto lo cambiaran para bien de los que atrás vendrán. Pregunto y preguntome, ¿temor al cambio?. Pareciera que sí. El asunto es que las universidades mantienen cerradas sus puertas a los candidatos a cargos públicos a pesar de que algunos de ellos son egresados de dichas instituciones. Ha sido Rodolfo Torre Cantú por cierto, quien con orgullo menciona a la Universidad de Tamaulipas como su Alma Mater. Y Rodolfo será gobernador de su estado. Pues que bien porque eso significa que en la máxima casa de estudios hay buen material y hasta de sobra, y no parece justo que se desperdicie precisamente cuando la sociedad está entrampada sin saber por donde se alza el porvenir. El escribidor lo ha dicho y ahora lo repite: Señores, hay que dejar que los jóvenes que se preparan en las aulas vuelen en busca de su destino porque de otra forma se corre el riesgo de formar generaciones no solo atrofiadas, sino incapaces de luchar por el desarrollo de la sociedad. Y “más pior” si por su frustración estas generaciones deciden transitar por los tortuosos caminos de la violencia. Una juventud impotente y desorientada es capaz del suicidio al confrontarse con la ley como solución única a su orfandad. ¡Ah, bruto!. Frente a un catálogo de conocimientos que en muchas ocasiones sirven pa’ maldita la cosa, se impone prepararse pa’ entrarle de frente a la realidad. Y la política es una de esas realidades que ha tomado por sorpresa a la educación superior en Tamaulipas. Cierto es que la tecnología impulsa el desarrollo pero enfría el corazón al tiempo que cercena y limita a la sociedad. Por ello importa impulsar valores que más pronto que tarde serán la base de la solidaridad tan urgente y necesaria sobre todo por los tiempos que vivimos. Hay que dar cabida a nuevas ideas y propuestas diferentes, “abrirse al tiempo” como el slogan de la Universidad autónoma metropolitana. Y es que disculpe usted, pero la comunidad no puede ya sobrevivir marginada. Es demasiado lo que ha sido castigada y ofendida como pa’ no entender que solo unida podrá solventar los graves problemas que la abruman. Remember este himno de la calle: “¡El pueblo unido, jamás será vencido!”. Lógico, pa’ alcanzar cohesión falta líderes, aunque no hay duda que estos se forjan en las universidades. En concreto, el de la voz propone una vez más que las instituciones de educación superior abran sus puertas a la política y dejen a sus alumnos en libertad pa’ que saquen sus sentimientos desde el fondo del alma y los compartan con sus hermanos de infortunio. Solo así justicia y democracia se podrán perfeccionar. ¡Órale!. SUCEDE QUE Dicese que la presencia de Calderón en Tampico este martes no fue del todo grata. Y es que le salieron protestas por todas partes. Y como no si la cosa está que arde por culpa del gobierno federal que ya le digo, nos está dejando “en cueros”. Hasta la próxima.