Luis Alonso Vásquez
Dirección General
Martha Isabel Alvarado
Sub Dirección General
7 de junio, 2011
El acero, es una metáfora muy hermosa. El escritor ruso Nicolai Ostrovski la utilizó como imagen para trasmitirnos la férrea voluntad humana, y los frutos que esta puede alcanzar, cuando existen disciplina y sacrificio de por medio. “Así se templó el acero”, es el título de su exquisita novela clásica, en los tiempos de la literatura pro soviética. Ciertamente, esta aleación de hierro y carbono, es el símbolo más acabado de la fuerza y del poder.
En el caso de POSCO, la paraestatal siderúrgica de Korea del sur, la voluntad de crecimiento y de expansión ha sido fiel al contenido de su materia prima: acerada, blindada contra toda adversidad. Esta empresa nació en Pohang, un pueblito del norte koreano que hace diez años, tenía casi la población equivalente a lo que actualmente tiene Victoria. POSCO se mueve por el mundo en busca de insumos para producir.
En cambio, empresas homólogas como la mexicana AHMSA, ahogada por el burocratismo y la corrupción, siguen procesando cantidades miserables de un metal que existe en las mismas entrañas coahuilenses. No es fortuito, que los koreanos estén en México. En el vientre de nuestras montañas yacen las materias que se requieren para su industria. Un producto en bruto, que no es aprovechado por el país. Esa es la era de nuestro libre mercado, de nuestro liberalismo. Sin embargo esas son las reglas, y el progreso de los pueblos debe de buscarse por cualquier vía.
Bajo este escenario de una industria nacional en declive, y de una inversión extranjera pujante, el puerto tamaulipeco de Altamira, está llamado a ser en un futuro cercano, una urbe que supere a polos de progreso como la misma ciudad de Monterrey. Ojalá y que, todo esta avalancha industrial en la región sur de la entidad, se vea compensada con la instalación de servicios públicos. Ese es uno de los grandes retos.
Pero mientras tanto, los poderosos capitales siguen llegando al puerto industrial de Tamaulipas. Ayer fueron los gringos de la Dupont, (los señores del nylon) con 500 millones de dólares; hoy los koreanos de POSCO con 300 millones de billetes verdes en inversión.
La clase obrera de la entidad, está creciendo aceleradamente. El sexenio de Egidio Torre Cantú está llamado a ser el periodo del boom industrial, en el noreste del país. El mandatario tamaulipeco, estuvo en los Pinos, en la ceremonia donde Felipe Calderón le dio la bienvenida a los inversionistas asiáticos. En materia de desarrollo económico, existe una perfecta coordinación entre el hombre que gobierna Tamaulipas y el jefe del poder ejecutivo federal.
Los gigantes koreanos del acero trasnacional ya están en México. Y han escogido a la región de Altamira, como la sede para el desarrollo de su potencial. Debemos aprovecharlos tanto en materia de empleos, como en lo que atañe a la tecnología. La petroquímica y la siderurgia son dos alas que ya remontan el promisorio futuro del estado.
Somos un estado estratégicamente situado, para efectos de importaciones y de inversiones en áreas clave del progreso global. Todo esto sucede en la era de Egidio.
-----EVERARDO Y MAGDA, DOS FIGURAS PROMINENTES----------
El primero es político joven, actual alcalde de Reynosa y pertenece al PRI. La segunda es alcaldesa panista de Tampico, ex priísta que fue desplazada por su mismo partido, y la obligó a buscar nuevas opciones.
En los espacios de la política victorense, caja de resonancia por excelencia de lo que sucede en la entidad, se habla de Everardo y Magda, como dos personalidades que, podrían buscar cada quien por su lado, una senaduría, avalados por sus respectivos partidos.
Lo cierto es que en un escenario caracterizado por los desplomes políticos, más que por los ascensos, estos dos casos son muy singulares, y sobre todo, producto de un esfuerzo personal muy válido. Tanto la profesora panista de Tampico, como el carismático alcalde reynosense tienen atributos para avanzar, más allá de donde ahora se encuentran.
--------LA LIBERTAD DE PRENSA, Y EL ALEMANISMO--------------
Quien no la leído ese libro de cabecera, escrito por Rafael Rodríguez Castañeda. Se llama “Prensa Vendida”, y rescata los orígenes de lo que en el presente festejamos como Día de la Libertad de Expresión”, justamente ayer martes. En dicha obra de investigación y análisis, se dice que la primera celebración de esta fecha fue un siete de junio de 1951. Ese día en el restaurante Grillon de la ciudad de México, los santones del periodismo nacional, convocados por José García Valseca, le rindieron un homenaje al Presidente Miguel Alemán, en reconocimiento a los apoyos brindados. El menú para semejante ocasión: hígados de ganso, jalea de champaña y huevos rellenos de caviar ruso.
----Proponemos hoy a la nación mexicana que este siete de junio sea, año con año, de consagración de los periodistas al ideal de la libertad de prensa que usted señor Presidente ha enaltecido con respeto, como parte esencial de nuestra nacionalidad, fueron algunas de las perlas discursivas del millonario magnate, dueño de la más poderosa cadena de los soles, que más tarde le vendería a Mario Vázquez Raña.
Ciertamente lo que pasa en el periodismo y en sus salas de redacción no escapa a la misma naturaleza humana. Vea usted, la metamorfosis de las ocho columnas del diario parisino “El Monitor”, desde que Napoleón se escapa de la Isla de Elba, hasta su llegada a París:(del 26 de febrero al 22 de marzo de 1815).
1).—El Monstruo se escapó de su destierro; 2).—El Tigre se ha mostrado en el terreno, las tropas avanzan para detener su progreso;3).-El Tirano está ahora en Lión, cunde el terror en las calles por su aparición; 4).—El usurpador está a 60 horas de marcha de nuestra capital; 5).—Bonaparte avanza con marcha forzada; 6).---Napoleón llegará a los muros de París Mañana;7).---El emperador está en Fontainebleau; 8).—Su Majestad el emperador hizo su entrada pública y llegó a Las Tullerías. Nada puede superar esta alegría universal. ¡Vivaaa el Imperio!
Como ustedes pueden leer, en menos de un mes, el sentido de la noticia sobre el avance napoleónico cambió diametralmente. De aquel tiempo a la fecha, las cosas no han cambiado gran cosa. ¿Estamos de acuerdo..?