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Alito y el PRI tamaulipeco

José Ángel Solorio

20 de octubre, 2025

El PRI vive en Tamaulipas el peor momento de su larga historia. Atrás quedó, el control absoluto del Partido Socialista Fronterizo -primer partido moderno en el noreste mexicano que antecedió al tricolor y todos los entes que le antecedieron- y la hegemonía posterior del partido con diversos nombres, que dominó la vida económica, política y social de la posrevolución.

 Nada queda de esas memorables gestas.

 José López Portillo y Pacheco, llegó a la presidencia de la república -1 de diciembre de 1976- con el 99 por ciento de los votos; milésimas le faltaron para obtener el 100 por ciento de los sufragios.

 Tamaulipas, presumió el triunfo del candidato presidencial con un porcentaje ligeramente superior a la media nacional.

 Su forma de gobernar, su partido y su ideología, se derrumbaron y con ello toda su influencia, potencia y credibilidad.

 De ese lejano 1 de diciembre de 1976, a la fecha, el PRI entró en una curva descendente. Perdió alcaldías, diputaciones federales, diputaciones locales y la gubernatura. Lo más penoso: de partido mayoritario, se transformó en una organización política decadente y en liquidación: hoy, en 2025, exhibe datos de sus preferencias electorales que dan pena. Pobremente, alcanza un 3 por ciento de las simpatías ciudadanas en la comarca.

 Es decir: está a un paso, de perder su acreditación como partido en el escenario tamaulipeco.

 Más claro: tiene cerca su cancelación de las prerrogativas económicas, que un partido tiene derecho sólo por existir.

 O sea: a la crisis estructural, sumará la crisis económica que hará más complicado su repunte en un futuro cercano.

 Su debilitamiento, lleva un pecado inherente: las alianzas y coaliciones, resultarán más complicadas. Se entiende: un partido busca aliados que potencien su presencia; y rehúye, a compañeros de viaje que no aportan sino desprestigio y conductas negativas que lastrarán al colectivo.

 La sentencia: “Alito está solito”, alcanza a plenitud al priismo tamaulipeco.

 Nadie lo quiere; nadie lo necesita.

 El ex-invencible resta más, que lo que podría sumar.

 La migración de los militantes del PRI y del PAN, hacia MORENA, está reconfigurando el espectro político estatal.

 MORENA el 2027, enfrentará a una oposición fragmentada y desangrada en la región.

 El relanzamiento nacional del PAN es un esfuerzo limitado por pertrechar a los Comités Estatales, de una herramienta para vigorizar su papel opositor.

 En Tamaulipas no funcionará.

 Si Movimiento Ciudadano despierta, puede dar la puntilla al PRI y enviar a un indigno tercer lugar a los hijos de Calderón, Fox y el Jefe Diego el próximo año

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