Luis Alonso Vásquez
Dirección General
Martha Isabel Alvarado
Sub Dirección General
20 de octubre, 2025
El PRI vive en Tamaulipas el peor momento de su larga historia. Atrás quedó, el control absoluto del Partido Socialista Fronterizo -primer partido moderno en el noreste mexicano que antecedió al tricolor y todos los entes que le antecedieron- y la hegemonía posterior del partido con diversos nombres, que dominó la vida económica, política y social de la posrevolución.
Nada queda de esas memorables gestas.
José López Portillo y Pacheco, llegó a la presidencia de la república -1 de diciembre de 1976- con el 99 por ciento de los votos; milésimas le faltaron para obtener el 100 por ciento de los sufragios.
Tamaulipas, presumió el triunfo del candidato presidencial con un porcentaje ligeramente superior a la media nacional.
Su forma de gobernar, su partido y su ideología, se derrumbaron y con ello toda su influencia, potencia y credibilidad.
De ese lejano 1 de diciembre de 1976, a la fecha, el PRI entró en una curva descendente. Perdió alcaldías, diputaciones federales, diputaciones locales y la gubernatura. Lo más penoso: de partido mayoritario, se transformó en una organización política decadente y en liquidación: hoy, en 2025, exhibe datos de sus preferencias electorales que dan pena. Pobremente, alcanza un 3 por ciento de las simpatías ciudadanas en la comarca.
Es decir: está a un paso, de perder su acreditación como partido en el escenario tamaulipeco.
Más claro: tiene cerca su cancelación de las prerrogativas económicas, que un partido tiene derecho sólo por existir.
O sea: a la crisis estructural, sumará la crisis económica que hará más complicado su repunte en un futuro cercano.
Su debilitamiento, lleva un pecado inherente: las alianzas y coaliciones, resultarán más complicadas. Se entiende: un partido busca aliados que potencien su presencia; y rehúye, a compañeros de viaje que no aportan sino desprestigio y conductas negativas que lastrarán al colectivo.
La sentencia: “Alito está solito”, alcanza a plenitud al priismo tamaulipeco.
Nadie lo quiere; nadie lo necesita.
El ex-invencible resta más, que lo que podría sumar.
La migración de los militantes del PRI y del PAN, hacia MORENA, está reconfigurando el espectro político estatal.
MORENA el 2027, enfrentará a una oposición fragmentada y desangrada en la región.
El relanzamiento nacional del PAN es un esfuerzo limitado por pertrechar a los Comités Estatales, de una herramienta para vigorizar su papel opositor.
En Tamaulipas no funcionará.
Si Movimiento Ciudadano despierta, puede dar la puntilla al PRI y enviar a un indigno tercer lugar a los hijos de Calderón, Fox y el Jefe Diego el próximo año