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Himno a la alegría

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16 de agosto, 2011

¡Oh, la-la!, los pobres ya saben que son pobres porque no pueden ser de otra manera y como de la costumbre nace el olvido, han descubierto que en su estado de ánimo llevan el pecado y también la penitencia. Pero ojo que su orgullo no les permite despertar sospechas de que alguna vez pretendieron desertar lo que su destino contiene. Sea que como parte del folklore lo son todo y algo más. ¿Qué tal organizar tours que muestren la realidad única y valedera de aquellos que permanecen fieles a la herencia que les llegó por la fuerza del más allá sin tomar en cuenta al más acá?.

Señoras, señores, buena falta hace que los estudiosos se detengan un poco en el estado físico y espiritual  de las familias que por largos años han permanecido pegados a la tierra, comiendo lo que sea, que a falta de pan cualquier raíz es buena.

Nada de que los pobres son débiles y merecen lástima. ¡No’mbre!, son más fuertes que el viento negro de la canícula. Ellos sí que se han “enriatao” con la naturaleza no solo pa’ ver que se siente, sino pa’ mostrar que son una raza superior y por lo mismo, capaz de sobrevivir sin alimento o con muy poquito, que entre más escaso mejor en la convicción de que no solo de pan vive el hombre, y también la mujer, los hijos y el resto de la parentela.

Digamos que son como el avance de los que tarde o temprano poblarán andurriales que por secos y abandonados mueren en medio de la soledad. No se engañen, ellos son anticipo de una generación preparada pa’ empezar de cero, sea sin tele, ni compus, cines, supermercados ( si no habrá que vender, menos qué y con qué comprar), ni todo lo que “la modernidá” y el consumismo ofrecen.

En este sentido yo digo y sostengo que al altiplano tamaulipeco por ejemplo, hay que dejarlo intacto. Sería una pena agregarle angustias pretendiendo llevarle progreso mal entendido. Ya vemos que por allá lo menos que funciona es el desarrollo. Vamos dejándolo como está pa’ que en libertad y sin presiones, las familias disfruten su alta misión de sobrevivir con la pura bendición de las estrellas.

Vamos dejando a la hodencia digo, ¿pá que perder el tiempo en análisis multidimensionales del tema que nos ocupa, cuando los pobres ya saben que son así por el rezago educativo, el analfabetismo, la falta de acceso a la salud y seguridad social, carencia de empleo y la falta de servicios básicos en sus comunidades?.

Hay que agradecer, eso sí, a los investigadores y académicos que se preocupan por entender la pobreza. Hay que enviarles aplausos, muchos aplausos por sus desvelos no solo pa’ entender el fenómeno sino pa’ explicarlo a una sociedad que padece los mismos dolores. No me diga que las colonias populares son como un himno a la alegría.

2.- Una anécdota. En los tiempos de Salinas, era gobernador de Oaxaca Diódoro Carrasco, quien después fue secretario de Gobernación y ahora, ¡triste condición humana!, es senador por el PAN. El escribidor fue invitado a  un acto agrario y luego a una esplendida comida a campo abierto. Ya se imaginará la cocina oaxaqueña.

El asunto es que muchos campesinos andaban descalzos, ni siquiera con huaraches. Impresionado el de la voz preguntó a Diódoro porque tantos hodidos. El impertérrito respondió: “es que les gusta ser pobres, no le des mucha importancia”. ¡jijo!.

Por otra parte solicito más aplausos, ahora pa’ la respetable dama Dinorah Blanca Guerra Garza, titular de Sedesol estatal y pa’ Luis Alonso “el loncho” Mejía de la dependencia con las mismas siglas pero federal,  porque en singular encuentro acordaron unir esfuerzos pa’ combatir, oootra vez, la pobreza. ¿Pues no les digo que la dejen como está?.

Y es que la hodencia está al punto de ser considerada patrimonio de la humanidad, por lo tanto atentar contra ella es ofender al eterno. Entiéndanlo plis.

SUCEDE QUE

Francisco Blake Mora, el secretario de Gobernación, es o se hace. ¿por qué asegura que los agentes policiacos gringos que actúan en México no violan la Constitución?. De plano los funcionarios panistas carecen del mínimo sentido nacionalista.

Y hasta la próxima. 

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