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Arnulfo y los retos del PRI

José Ángel Solorio

12 de diciembre, 2011

En el 2006, el PRI y sus dirigentes –reales y formales- se equivocaron. Decidieron soslayar la propuesta de los profesores tamaulipecos y sufrieron uno de los descalabros electorales más sonoros que se recuerden en la entidad. Los cegó la soberbia. Pensaron que los profesores no representaban gran cosa en el espectro político-electoral de la región.

 “¿Qué puede pasar..?”, dijeron.

  Y pasó.

  El PANAL –organización propiedad de la señora Gorrillo- postuló al dirigente magisterial Enrique Meléndez a la Senaduría y obtuvo casi 60 mil votos. Fue suficiente. Los candidatos del PRI, - José Manuel Assad Montelongo y Amira Gómez- fueron victimados por el PAN. El umbral de la victoria fue aproximadamente de 60 mil votos; sí, los sufragios que el PANAL había arrancado del voto duro priista en Tamaulipas.

 El resultado: perdió el PRI la elección al Senado y tuvo que conformarse con llevar por la discreta ruta de la segunda minoría únicamente a Amira al Senado. Algunos suspicaces, consideraron que la reynosense había traicionado al PRI, porque se tiró a la hamaca a esperar el resultado. (Finalmente encabezaba la fórmula y aun cuando resultara derrotado el PRI ella llegaba al Senado como segunda minoría).

 Para muchos esa fue una gran lección.

 Para pocos, fue un asunto de la suerte. Es decir, el PANAL había logrado por circunstancias del azar, debilitar al PRI y a sus candidatos.

  Esos pocos, sin embargo, se impusieron en la visión del escenario electoral tamaulipeco actual. Consideraron que el PANAL es un entidad desarticulada, sin posibilidades de dañar a los candidatos del PRI.

 A lo mejor tienen razón.

 La precandidatura de Arnulfo Rodríguez al Senado de la república es un real reto para el PRI y un grandioso regalo para el PAN. Es un desafío para el tricolor, porque representa la pérdida de al menos 50 mil votos que el magisterio ha demostrado movilizar en un proceso electoral en Tamaulipas. Es un presente para el PAN, porque si las condiciones sociopolíticas se reeditan como en el 2006, los candidatos panistas al Senado de la república, están en posibilidades de ganar los escaños por mayoría.

 No se sabe quién generó este paisaje político tan espinoso. Si la dirigencia del  SNTE o los interlocutores del gobierno tamaulipeco. Se desconoce, si los dirigentes magisteriales fueron reacios a la negociación, o los representantes de la administración estatal, fueron incapaces de llegar a acuerdos con los profesores. Lo cierto, es que la complejidad del asunto debe tener angustiado al PRI tamaulipeco y al PRI de Peña Nieto.

 Algunos analistas consideran que el PANAL podría jugar ahora, el rol de enemigo del PAN. Es decir: que la idea sería que Arnulfo y el profesorado estuvieran de acuerdo en un proyecto para debilitar electoralmente al PAN en Tamaulipas. Pero es remota ese planteamiento: el PANAL, para socavar la clientela electoral de los azules tendría que obtener  al menos 300 mil votos para lograr desbancar al PAN del seguro segundo lugar en donde hoy está instalado. Y eso se ve en chino: el PANAL actualmente pude presumir de algunos 50 o 60 mil votos. Eso obligaría a que el partido de la profesora Gordillo estaría obligado a obtener un 500 por ciento más de su votación (Algunos 300 mil votos) para desbancar al PAN, asunto que se ve distante, muy distante.

 En otras palabras: el PANAL se orienta, a golpear la línea de flotación del PRI y de sus candidatos.

  Aún no se sabe quiénes serán los candidatos del PRI al Senado de la república. Lupita Flores, Baltazar, Enriquito Cárdenas, Everardo Villareal o Morelitos Canseco. Lo cierto es que la decisión del PANAL, le metió presión a la decisión  PRI. Por salud del tricolor, se ve obligado a postular a candidatos de mayor calado. Arnulfo y su candidatura arrinconan al PRI y lo encauzan a lanzar candidatos que sean capaces de ganar en un escenario de alta competencia, con al menos 100 mil votos de ventaja.

 ¿Quién podrá con esa tarea?..

  ¿Baltasar..?

 ¿Enriquito Cárdenas?..

 ¿Lupita Flores?..

 ¿Morelitos..?

 ¿Everardo Villarreal..?

 

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