Luis Alonso Vásquez
Dirección General
Martha Isabel Alvarado
Sub Dirección General
26 de febrero, 2012
El resultado de la pugna por las senadurías tamaulipecas entre el PRI y el PAN, es un asunto secundario. Ya se sabe: Manuel Cavazos Lerma y Francisco García Cabeza de Vaca, han sido los elegidos. Las damas que los acompañan, son elementos que juegan a que las favorezcan las circunstancias. Tanto Guadalupe Flores como Maky Ortíz van a la contienda con el Jesús en la boca y a la espera de la ayuda del Gran Arquitecto del Universo.
Lo interesante del caso, es dilucidar cómo quedará la correlación de fuerzas políticas en las microrregiones. Principalmente en una: Reynosa.
¿Pero… qué relevancia puede tener Reynosa en el proceloso escenario regional..?
¿Por qué Reynosa y no otra ciudad..?
Sólo mencionaremos una razón: el enfrentamiento entre dos de los actores políticos emergentes más relevantes de la frontera tamaulipeca: el alcalde priista Everardo Villarreal Salinas y el candidato a Senador panista, Francisco García Cabeza de Vaca.
Ambos reynosenses, echarán mano de todas sus habilidades y herramientas para ganar en su terruño. Ambos políticos tienen ubicado como estratégico aquel territorio para sus planes de expansión política en el futuro más inmediato. La localidad es una plataforma de lanzamiento para el par en disputa. Everardo tiene la obligación de sacar a los dos candidatos a diputado que hacen tierra en su ciudad; Cabeza de Vaca, tiene la necesidad de hacer ganar a los aspirantes a legislador en los distritos II y III –a los que el alcalde tiene la tarea de hacer pedazos- para confirmar su calidad de fuerza emergente en la región.
Villarreal Salinas es un cuadro priista que ha aprendido con gran celeridad. Cabeza de Vaca es un panista que ha crecido sorprendentemente. El priista tiene macizos vínculos con el gobernador Egidio Torre Cantú y con la estructura y el candidato presidencial Enrique Peña Nieto. El panista, logró amarrar sólidos compromisos con la candidata presidencial Josefina Vázquez Mota.
El alcalde, parece tener una pequeña ventaja en la contienda. Defenderá un predio que actualmente le pertenece y sobre el cual ha creado un muy potente tejido político-electoral. Cabeza de Vaca tiene una red de alianzas estructurado desde las dependencias federales que le son afines; pero ésta, se avizora de menor calado que la del jefe edilicio. Por una razón construida por el sistema político microrregional: el alcalde es la autoridad más cercana que tiene acceso el ciudadano. Y la gente sigue, a quien gobierna y a quien resuelve. Y el ciudadano común, tiene necesidades que el mundo real asocia con instituciones municipales: Tránsito, Policía preventiva, Comapa, Obras Públicas, Tesorería, etc.
(Desde las ventanillas federales –bajo control panista- se hicieron muchas cosas, pero nada comparable con las políticas clientelares que el priismo ha perfeccionado en décadas de operación).
Esa discreta ventaja, se puede acrecentar por la dispersión de esfuerzos de Cabeza de Vaca. En tanto, Everardo defenderá su feudo –que conoce calle por calle- Cabeza de Vaca tendrá que dispersar sus esfuerzos por todo el estado y generar consensos en lugares que en su vida visitó. No es lo mismo recorrer 43 municipios y 8 distritos electorales que enfocar la estrategia en un municipio y dos distritos electorales. (Realmente la jornada electoral le exige al presidente municipal, ganar en el municipio que gobierna. Porque sería un exceso ordenar el triunfo en un distrito que comprende 9 municipios y es dueño de una geografía grotesca y complicada).
Everardo tiene el reto de colaborar la elección de Reynaldo Garza Elizondo y obtener un sonado éxito electoral en el sur de la ciudad, con Gabriel de la Garza. Para Cabeza de Vaca, el desafío es sacar a sus dos candidatos. Los resultados que cada uno obtengan, en esos peleados predios serán las medallas y los galones fundamentales para que el 2013, puedan gritar a sus respectivos partidos:
¡Aquí estoy…
…y quiero la gubernatura!