Luis Alonso Vásquez
Dirección General
Martha Isabel Alvarado
Sub Dirección General
29 de octubre, 2012
Conocida situación se está dando entre los priistas tamaulipecos, particularmente en aquellos que sienten tener el derecho y los merecimientos para ser candidatos a alguna alcaldía.
Resulta inexplicable como es que aun en tiempos de gran incertidumbre, sobre todo en lo que se refiere a seguridad, haya tantos que sueñan y suspiran con la posibilidad de ser presidentes municipales. Uno de ellos, de una ciudad norteña, me dijo hace poco tiempo que “desde hace años se ha venido preparando para ello, que no es una obsesión, sino un proceso de su vida”. No, pues sí. Eso se ve en todos.
Mientras permanecen en la espera, desesperan.
Cierto es que no es nuevo lo que estamos viendo, que generalmente lo vivimos cada tres años, pero no deja de llamar la atención el comportamiento y accionar de los susodichos.
Lo interesante son las coincidencias que los envuelven. Veamos.
Todos, en privado aseguran tener ya "la bendición suprema", pero que tienen que guardar las formas.
Todos, a su vez se contradicen y tienen miedo de una misteriosa encuesta en la que supuestamente serán evaluados en cuanto a su popularidad y aceptación.
Sus allegados, hoy en día despliegan una intensa movilización subterránea en busca de apoyos.
Están en un juego que oscila entre lo divertido y lo aburrido. Nadie se mueve, todos simulan. Nadie habla claro, todo es en voz baja. El más puro y fiel estilo priísta.
Y quienes observamos, diariamente vemos a nuestros personajes en una especie de "rueda de la fortuna". Un día vemos a un "Chuchin" arriba y otro abajo. Un día amanece Carlos (el de Reynosa; el de Matamoros no es finalista) en la parte alta, y otro no abajo, sino fuera del juego.
Simulaciones, mensajes cifrados. Mensajes en columnas periodísticas. Chismes en el café. Lo que es denominador común en todos, es el nerviosismo.
Porque para varios de ellos es el último tren. De no lograr el objetivo, sus bonos se van a ir a la baja y su destino es el olvido.
Y ellos lo saben. Más de uno está perfectamente consciente que realmente el juego de la “rueda de la fortuna” es eso, un juego.
Y que ya se acerca la parte seria, en donde podrían ir de la cima a la sima.