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8 de noviembre, 2012

El destino de una buena cantidad de aspirantes a candidaturas priistas en el ya próximo 2013, podría cambiar muy pronto. Y puede ser para bien o para mal.

Nos dicen desde la Ciudad de México, que la lista de candidatos a alcaldes y diputados locales en los estados en donde habrá elecciones en el 2013, como es el caso de Tamaulipas, tendrán antes que pasar “un filtro” desde el mismísimo CEN priista y desde algunas posiciones del gobierno federal

La razón de tal disposición, tendría que ver inicialmente con el hecho de que el nuevo gobierno no deseará dejar ninguna puerta abierta. La orden vendrá en el sentido de que no se deberá  perder el control de ningún congreso estatal y mucho menos el mando en ciudades importantes.

En Tamaulipas pues, el PRI nacional y el gobierno federal emanado de ese partido, van por todo para no tener obstáculo alguno en el congreso y para no perder, por lo menos, las alcaldías de Nuevo Laredo, Reynosa, Matamoros, Victoria, Mante, Tampico, Madero y Altamira. Donde viven más o menos el 85 por ciento de los tamaulipecos.

Todo lo anterior, nos lleva a suponer que independientemente de la mano que lleve el gobernador en las designaciones, habrá otras voces ajenas que tendrán injerencia, poca o mucha, quien sabe.

Debemos entender entonces que antes de que salga “humo blanco”  en nuestra entidad, el gabinete federal deberá estar debidamente conformado. Y deberán estar también ya nombrados y sentados en sus posiciones el grupo de delegados de dependencias federales, quienes tendrán también una interesante función de “observación y espionaje”  dentro de su propio partido.

A todo lo anterior, habrá que sumarle el peso que hipotéticamente deben tener a partir de diciembre, personajes tamaulipecos cercanos a Peña Nieto, como Felipe Solís Acero y Mercedes del Carmen Guillén.  Y no olvidemos a Marco Antonio Bernal, que también presume de sus excelentes relaciones y contactos con el grupo político que gobernará a nuestro país.

¿Y Baltazar Hinojosa?, de momento el matamorense espera que lo dejen de “torpedear” con su pasado yarringtoniano. Quiere un nombramiento y desde ahí operar políticamente en Tamaulipas. El mismo se ve como prospecto a la aun lejana sucesión de Egidio Torre.

Así las cosas, los planes de muchos de los aspirantes en todo el territorio tamaulipeco podrán tener un viraje en los próximos días o semanas. Y algunos de los que hoy están perfilados y apuntados, podrían simple y sencillamente desaparecer de las listas.

O dicho de otro modo: a varios de los que hoy se ven “casi amarrados”, muy pronto les podrían decir “Gracias por participar, suerte para la próxima”. 

 

 

 

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