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Egidio, a partir del sábado

Martín SIFUENTES

26 de noviembre, 2012

Políticamente muy correcto el segundo informe de gobierno de Egidio Torre Cantú.

Su mensaje, sobrio, sin triunfalismos, transparente y hasta emotivo. Algunos criticaron su alusión al hermano desaparecido, sin embargo, el manejo que le dio en el discurso a esa parte, lo justifica. Gustó, no “chocó”.

La asistencia de sus colegas gobernadores, en buen número, da a entender que mantiene una excelente relación con ellos, y eso es bueno. No está  de más recordar que nuestro gobernador no es precisamente un político-político, y sin embargo, en dos años le ha entendido al tema.

Los tiempos que ha estado al mando del gobierno tamaulipeco, no han sido fáciles. Tan solo en el tema de seguridad, es a quien, en toda la historia de mandatarios estatales, le han tocado los momentos más complicados. Por eso, el anuncio de la permanencia de las fuerzas militares en Tamaulipas, fue uno de los más aplaudidos. Es evidente que quien ha vivido en carne propia los estragos de la inseguridad, sabe de la trascendencia e importancia de contar “hasta que sea necesario”, con el apoyo del Ejército Mexicano. 

Cumplió Egidio Torre con los dos primeros años. Un tercio del camino que tendrá que transitar. Camino que, sabemos claramente, no debe ser nada fácil. Gobernar un estado como el nuestro, tan complejo, tan especial, no debe ser tarea sencilla. Es más, tiene que ser harto complicado.

Y lo que viene ahora para el Jefe del Poder Ejecutivo tamaulipeco, será igualmente delicado y requerirá de un trabajo personal y especial: Deberá ir tejiendo una relación con un Presidente de la Republica priista.

No sabemos cómo haya sido su vínculo con Felipe Calderón, pero el simple hecho de no pertenecer al mismo partido político abría una brecha ideológica entre ellos. Ahora, deberá ir con un jefe político máximo.

Quienes recuerdan como eran las relaciones entre gobernadores priistas y presidente priistas, hablan de formas, de códigos, de un frecuente rendir cuentas, de llamadas telefónicas, de “estrellitas en la frente”, pero también de regaños.  

Por eso, el gobernador tamaulipeco a partir del sábado próximo, tendrá una nueva ocupación: Hacer que Peña Nieto se acuerde mucho de Tamaulipas. Que tenga su respaldo, que sea su aliado, que apoye, que abastezca.

Se reconoce el trabajo de Torre Cantú, pero la sociedad sabe que teniendo al Presidente “en la bolsa”, estando en su ánimo, a Tamaulipas le debe ir mucho mejor. Y ya es tiempo.

 

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