Luis Alonso Vásquez
Dirección General
Martha Isabel Alvarado
Sub Dirección General
4 de diciembre, 2012
Pareciera difícil de creer, pero la verdad, ya hay varios, por no decir muchos, que piensan en el Tamaulipas del 2016.
Si. Y nos parece insólito, cuando acabamos de asistir apenas al segundo informe de gobierno.
Faltan cuatro largos años, y lo más lógico es pensar en que en ese tiempo muchas cosas pueden pasar, muchas condiciones pueden darse, y que nada de lo que hoy se piense podría suceder.
Pero de que hay adelantados, los hay. Pero por ser priistas no se pueden desenmascarar aún, y esperarán pacientemente, no cuatro años, sino tres.
Un grupo de “aspirantes” y sus operadores echaban a volar su imaginación hace unos días. Un par de ellos ya se veía en el despacho que hoy ocupa Egidio Torre.
La lógica de los integrantes de esas bandas futuristas, se basa en que la tanda de candidatos a alcaldes y diputados que serán “destapados” a inicios del próximo año, serán finalmente los que acompañen al gobernador en su segunda y ultima mitad de gestión. Y creen que de ese grupo saldrá “el bueno”.
Es decir, aun no desayunan y ya están pensando en la cena.
Ilusos.
No toman en cuenta que hoy por hoy, nadie sabe qué actitud va a tomar Peña Nieto en la designación de candidatos. Hasta antes de Ernesto Zedillo, los presidentes llevaban mano.
Además, ni recuerdan que justamente a la mitad del sexenio Peñanietista, se habrán de realizar elecciones federales, que se juntarán con las locales. Y esto se va a poner bueno.
Bueno sería que se pusieran a trabajar, y dejarse de sueños. Y no ser tan…inocentes.
Quienes ya se ven como sucesores de Egidio Torre, están mal, porque falta mucho tiempo, y porque en este momento nadie, absolutamente nadie, puede comenzar a construirse una candidatura, e invertir dinero y esfuerzos cuando tiene el alto riesgo de perderlo todo.
El candidato priista a gobernador en Tamaulipas, en tres años, podría salir de una decisión presidencial, podría ser un senador o diputado federal. Podría salir de un alto puesto de la burocracia federal, o de una secretaría estatal.
Por lo anterior, las posibilidades de que esa candidatura surja de una alcaldía o de una diputación local, son bastantes escazas.
Soñadores: Despierten.