Luis Alonso Vásquez
Dirección General
Martha Isabel Alvarado
Sub Dirección General
21 de enero, 2013
Sabemos que este lunes 21 de enero, el gobernador Egidio Torre, sostuvo una reunión con Enrique Peña Nieto.
Obviamente no trasciende lo tratado en dicha entrevista, pero es de suponerse que en los próximos días se habrá de anunciar una visita del primer mandatario a Tamaulipas. Y es que a ya casi dos meses de gobierno, al presidente de la Republica no se le ha visto u oído alguna referencia a nuestro estado.
Es decir, se hace necesario que se sienta un poco de calor presidencial por estas tierras.
Hace falta algún anuncio espectacular sobre el tema de seguridad pública.
O la referencia a algún apoyo directo a miles de tamaulipecos que se ahogan en la pobreza.
Es necesario que los habitantes de esta entidad perciban cercano al presidente Peña Nieto.
Pero independientemente del respaldo en sentido social que le pueda dar a Tamaulipas, no debe dejar a un lado el jefe del poder ejecutivo el ángulo político. Si bien es cierto que nuestro estado a nivel nacional no figura entre las entidades más importantes en cuanto a votos, a curules y a decisiones, no se puede soslayar el valor que significa estar ubicado geográficamente a un paso del país más poderoso del mundo.
Peña Nieto, debe voltear sus ojos a Tamaulipas. Debe ver lo que está sucediendo. Escuchar a sus autoridades y ciudadanos. Debe saber que hay 600 kilómetros de costa y 500 de frontera, y que eso es un gran valor que no lo tiene ninguna otra entidad de la república mexicana.
Debe además estar informado que las comunicaciones vía terrestre hacia el interior del país, son más que deficientes, que había dos puertos en el sur y uno ya no funciona.
Alguien debiera informarle que en el norte se produce la mayor cantidad de sorgo en la nación, y que sus productores cumplen sus metas con miles de dificultades.
Que en el centro, hay pobreza y hambre. Que del Panuco al Bravo, a la vez que hay desempleo, miles de mujeres son explotadas con salarios de hambre. Que jóvenes no estudian ni trabajan.
De esto y más, se tiene que enterar. Y por eso, tiene que venir y escuchar testimonios.
De lo bueno y agradable, que lo hay, no es necesario presumirle.