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Los que han robado a los mexicanos

Martín SIFUENTES

29 de enero, 2013

Miles de migrantes mexicanos han muerto en los últimos años en su intento por cruzar a Estados Unidos. Las cifras que manejan organismos como la Comisión Nacional de Derechos Humanos, o el Colegio de la Frontera Norte, son realmente aterradoras.

Cualquier número nos debe llenar de vergüenza. Son mexicanos que no debían haber muerto.

No se detalla, aunque se supone, que la mayoría murieron ahogados en las traicioneras aguas del Rio Bravo. Pero otros, seguramente fueron asesinados, robados, engañados, violados. Qué pena. Porque seguramente llegaron a las orillas del río con una enorme ilusión. Y encontraron la muerte.

Esos muertos, solo representan un pequeño número en relación a los que si logran llegar a los Estados Unidos diariamente. Con toda la tecnología, con todo el aumento de efectivos de la Patrulla Fronteriza, con todo el presupuesto para desalentar la migración ilegal, nada puede detener esto.

Y aunque sea un fenómeno que requiere de un análisis más que profundo, así, rápidamente se pueden llegar a conclusiones inobjetables, como las causas de esto, de la migración, y de las muertes:

Muchos mexicanos se arriesgan por hambre. Porque nuestro gobierno ha sido incapaz de sostener una política alimenticia adecuada. Un gran porcentaje de los indocumentados, son gente del campo, que por falta de apoyos, abandonan sus tierras y toman el camino a la frontera. Lo hacen porque no tienen forma de alimenta dignamente a su familia. 

Se van porque no hay empleo. Porque quienes nos gobiernan han sido ineficaces a la hora de promover el crecimiento industrial, porque no han sabido sostener un crecimiento económico, y nos han llevado a la escasez de oportunidades laborales más profundas de los últimos tiempos. Muchos de quienes se arriesgan a cruzar el río, son jóvenes que no encontraron en su país un empleo que les diera la opción de vivir decorosamente.

Nuestros  políticos y gobernantes por corruptos y abusivos, se olvidaron del compromiso social con quien lo llevó a ocupar el cargo que hoy ostentan. Solo responde a los intereses personales y de partido, y traicionan la confianza de su gente.

Por eso, de nuestros gobernantes, aquellos que viven como reyes, el pueblo ya no espera nada. Se han robado un tesoro; la esperanza de millones de mexicanos.

Por eso. Por eso, se seguirán yendo miles de mexicanos. Y lo más triste y doloroso, por eso, se seguirán muriendo muchos mexicanos en el río Bravo.

 

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