Luis Alonso Vásquez
Dirección General
Martha Isabel Alvarado
Sub Dirección General
29 de abril, 2013
El gobierno de Peña Nieto, como es natural, va poco a poco desligándose de cualquier parecido con su antecesor.
Uno a uno van surgiendo elementos que lo comprueban.
Si Calderón trató con respeto y pinzas a Elba Esther Gordillo, hoy Peña le ha dado con un palo.
Si el gobierno calderonista encarceló a un general, hoy el peñista lo saca a la libertad.
Si Felipe se empeñó en encerrar a la secuestradora francesa, Enrique la despachó con boleto a París.
Es normal que ningún gobierno se quiera parecer a otro. Es más, eso en el sistema político mexicano no se permite ni siquiera entre gobernantes del mismo partido.
Se empeñan en mostrarse distintos. Nada parecidos, que se note la diferencia. En política se llama “imponer estilo”.
Y ciertamente, en curso al medio año de gobierno, Enrique Peña Nieto y su equipo se muestran muy preocupados por marcar su modo de manejar a este sufrido país.
Es muy temprano para conocer el pulso social, para saber que piensa la sociedad mexicana del actual gobierno federal. Estamos ante los primeros esbozos de ese “estilo”. Digamos que apenas se va delineando. Y que aun no entra en ritmo.
Lo que hoy se ve es el afán de marcar distancia. Desmarcarse de todo lo que huela a la anterior administración.
Atentos estaremos entonces como va a actuar este gobierno en el caso de los incontrolables maestros de Guerrero y Michoacán.
Interesante será saber qué salida política le va a encontrar a la toma de la Rectoría de la UNAM. Solución en la que no debe ir, nunca, el uso de la fuerza pública.
Saber cómo van a retomar el tema del Pacto por México, cuando el PAN a todas luces desea condicionar su regreso a la mesa. Y el PRD no se va a quedar atrás.
¿Habrá algún “sacrificio” de un alto funcionario del gobierno calderonista?
Y la principal atención e interrogante: ¿Cómo le va a hacer frente a la delincuencia? Este es el mayor reto en cuanto a establecer una diferencia.