Luis Alonso Vásquez
Dirección General
Martha Isabel Alvarado
Sub Dirección General
23 de mayo, 2013
Los recientes casos en que familiares directos de altos funcionarios se ven involucrados en escándalos, nos enseñan algo que ni es nuevo, ni novedoso. Es más bien, lamentable y patético.
La hija del ahora ex procurador federal del consumidor, que hace unas semanas protagonizó un vergonzoso alboroto y un alarde de prepotencia, ocasionó el cese de su padre.
Días más tarde, el nieto del Procurador General de la Republica, da la nota y es señalado como un vulgar golpeador de mujeres.
Esto, nos enseña una vez más, que urge que la ética con la que obligatoriamente se deben regir los servidores públicos, se extienda a sus familias.
En muchas ocasiones hemos sabido de comportamientos nada educados de esposas, hijos, nietos, primos y hasta compadres, de funcionarios, legisladores y políticos en general.
Y van desde una simple acción de no hacer fila para pagar un servicio o ver un espectáculo, hasta el comportamiento y el lenguaje más vulgar, tan solo por el simple hecho de ser familiar de un poderoso.
Deben saber que nos llenan de vergüenza e indignación a los ciudadanos de a pie.
Ojalá pronto podamos ver en este país alguna ley que castigue la prepotencia, el abuso y el mal comportamiento social de consanguíneos de “servidores públicos”.