Luis Alonso Vásquez
Dirección General
Martha Isabel Alvarado
Sub Dirección General
30 de mayo, 2013
Comienza la “encuestitis”.
Esa nada rara costumbre en tiempos de campaña de nuestros políticos, partidos y candidatos, de medir sus posibilidades de triunfo.
Quieren saber cómo andan en penetración (?), como son percibidos, que imagen están dando, en fin. Quieren saber cómo les está yendo.
Y de paso, enterarse de sus adversarios.
El problema con estas encuestas es que la mayoría es marca “patito”. No sabemos de un trabajo serio, profesional y con metodología.
Solo las mediciones que hace en Tamaulipas “Hora Cero”, cubren el rigor científico que necesita un estudio sobre preferencias electorales.
De ahí en fuera, lo que les venden a los candidatos, son unos libritos con mentiras. Hechos a la medida de cada personaje. Y según sea el caso, ponerlo a temblar o llenarlo de optimismo.
“Vamos muy bien, 30 puntos arriba de aquellos”, me dijo hace días un candidato a alcalde.
Si, y ni como refutarle tal información, pues el mismo la había pagado. Ni como decirle que lo más probable es que le estén tomando el pelo. Y no porque sea falso que vaya “30 puntos arriba” , sino porque es evidente que le fue entregado el resultado de un trabajo sin un respaldo profesional, un simple cuadernillo engargolado con hojas mal impresas.
Y si ya de por si la credibilidad de casas encuestadoras reconocidas, quedó en entredicho en la pasada campaña presidencial, que se puede esperar de esos ejercicios totalmente “amateurs” que les están vendiendo a todos los partidos y candidatos.
Que se la crean, es problema de ellos.
Hoy es aún muy temprano para una medición que les de un diagnostico más o menos cercano a la realidad.
En este momento, lo mejor, es trabajar, picar piedra, tocar puertas. Y a la mitad del camino, hacer un estudio, que les califique su actividad, y que a la vez les de elementos para hacer lo que no han hecho.
El peor error hoy, es creerse esos “resultados” que varios candidatos tienen en su poder. No son verdaderos, ni les ayudan en nada. O en el peor de los casos, les alimenta el ego, se tiran a la hamaca, se duermen, y despiertan el lunes 8 de julio con una derrota a cuestas.