Luis Alonso Vásquez
Dirección General
Martha Isabel Alvarado
Sub Dirección General
1 de julio, 2013
La próxima legislatura en Tamaulipas, tendrá que, obligadamente, estar integrada por gente preparada, y no llegar al congreso como ha ocurrido en muchas ocasiones en que la gran mayoría de los diputados, se sientan en su curul, sin saber prácticamente nada de lo que significa su nueva chamba.
A lo largo de esta campaña, he tenido la oportunidad de platicar con la gran mayoría de los aspirantes a legisladores locales de la zona norte del estado. En muchos de ellos, he percibido un desconocimiento de las verdaderas y reales funciones de un representante popular en el congreso local.
Incluso uno de ellos me llego a decir que “el no saber nada, no era problema, porque iba a ir aprendiendo con el tiempo”. Una respuesta para dejar congelado a cualquiera.
Pero es la realidad. Salvo uno que otro “repetidor”, la mayoría de los próximos diputados, llegaran totalmente neófitos sobre el quehacer legislativo. Hasta parece una regla.
Y si en el mismo congreso de la unión, de 500 diputados, más del 90 por ciento son solo figuras decorativas, no es de extrañarse que a nivel estatal, se de la misma situación.
Para nadie es un secreto que actualmente en el congreso local, más de la mitad de sus integrantes son simplemente espectadores. Sin participaciones, sin iniciativas, sin ideas. Personajes que solo calientan el asiento y levantan el dedo nerviosamente, tras mirar a su coordinador buscando su instrucción.
Y los suplentes que recientemente se integraron, están aun peor. Y de los que pidieron licencia, varios se llevaron la nada honrosa distinción de improductivos. Y la imagen de ser poco inteligentes.
Estamos en tiempo de terminar con la improvisación de nuestros legisladores. De reconocer que se hace poco o nada a nivel legislativo, por la marcada incapacidad y por la dependencia absoluta al gobierno o al partido que los llevo a la curul. Y porque definitivamente, no saben lo que pueden hacer.
No es posible seguir escuchando “propuestas” descabelladas como las que gritan voz en cuello, algunos de los hoy candidatos, unos prometen pavimentación, otros alumbrado público, unos más construir escuelas, algunos, hasta conseguir cirugías. Increíble, pero cierto.
No lo mencionaremos públicamente por su nombre, pero hubo un candidato que se sorprendió con la pregunta sobre la comisión a la que le gustaría pertenecer… Desconocía la existencia de las comisiones de trabajo.
Necesitamos representantes populares preparados y capacitados. Que independientemente de lo que diga la ley respecto a sus funciones, como expedir, reformar, derogar y abrogar leyes y decretos, en todo lo concerniente al Poder Público del Estado y fiscalizar el uso de los recursos públicos, también atienda las necesidades y las problemáticas de la sociedad y gestione sus soluciones.
Es decir, que vea por la gente que lo llevó al congreso, a la cual se debe. Lamentablemente los legisladores creen que en realidad se deben al político o al partido que los apadrinó.
Ya no queremos diputados “cuentachiles”. Ni flojos. Ni apáticos. Ni con sueños futuristas que les impiden concentrarse. (Por lo menos la mitad de los diputados, se creerán con derecho a ser candidatos a alcaldes e la elección que sigue)
¿Será mucho pedirles a los nuevos integrantes del poder legislativo, que en cuanto tengan la confirmación de su triunfo, se pongan a trabajar en serio?