Luis Alonso Vásquez
Dirección General
Martha Isabel Alvarado
Sub Dirección General
13 de abril, 2010
Los partidos en Tamaulipas aun batallan pa’ definir candidatos en varios municipios y distritos. Ello es razón y motivo pa’ que el respetable disfrute una diversión anticipada observando como es que a muchos de los próceres les vale sombrilla eso de la lealtad ya que con singular alegría saltan de flor en flor, con la esperanza de recibir el beneficio que la patria les reserva a sus hijos predilectos. Algunos que fueron priístas ahora lucen brazalete azul, verde, amarillo, rojo o de cualquier matiz, el asunto es figurar en las nóminas que para el efecto presume esta democracia nuestra de cada día. Otros de plano se dejan caer sobre la primera oferta que se aparece en el obscuro túnel de su destino. En tiempos de crisis lo que llegue es bueno y si se trata de no trabajar, mejor. Por eso no extraña que “el güero” Castellanos que fue alcalde priísta en Mante ahora pretenda serlo por el PAN, o el patético caso de Magdalena Peraza la que en incontrolada decepción se arropó en los brazos de aquellos a quienes por cuarenta años consideró sus enemigos “irreconciliables”. Está claro que la condición humana no conoce fronteras ni está pintada de ningún color. Pero no son los únicos ejemplos, a lo largo y ancho del estado hay muchos más, personificados por quienes suponen que la política está hecha a la medida exacta de sus sueños y que solo ellos están capacitados para convertirla en compañera de sus esperanzas y desvelos. Alejandro Ceniceros un día arribó de Nuevo León tan solo pa’ desbancar a Elías Orozco, comisionado entonces del PT. De inmediato el recién llegado se apropió de una diputación local “de partido”. Eso sucedió, creo, hace seis años y ahí sigue dirigiendo una organización que en Tamaulipas no se caracteriza precisamente por defender los intereses de la clase social que dice representar. Alejandro, ahora me entero, será de nuevo diputado pluri, lo cual significa que tiene asegurados tres años la estancia en el estado, en las nóminas correspondientes y por supuesto de impunidad legislativa. No se le critica pero llama la atención de que ningún otro de sus compas merezca tal distinción. Debe ser muy valioso como pa’ que el sistema y la fortuna lo reclamen cada vez que la democracia tiembla. Usted dirá que también en el PRI abunda el fenómeno de la reelección y todos sabemos que es verdad. En este sentido el escribidor admira a Lupita Flores, una respetable dama que ella sí, ha entregado lo mejor de su existencia a las causas de su partido y éste le ha respondido con creces. Lupita ha sido diputada local en varias ocasiones y cuando menos dos veces diputada federal, además de dirigente campesina y en la actualidad pareciera inamovible en la secretaría general del CDE tricolor. Y al parecer la estimada maestra será diputada local de nueva cuenta. En Reynosa Joaquín Olea Vázquez será el candidato del PRD a la alcaldía. Eso tal vez no le signifique nada, sin embargo su historia es interesante. Joaquín, oriundo de Tototlán Jalisco llegó muy joven a Victoria para estudiar en la antigua escuela Industrial “Álvaro Obregón” que entonces era internado, logrando celebridad porque organizó la primera huelga en contra de Arturo Lerma Anaya el cual cumplía 19 años dirigiendo con mano y mando militar la institución. Esto valió la renuncia de Lerma Anaya y el reconocimiento para Joaquín, mismo que después desapareció en forma misteriosa. Algunos dicen que hubo de huir a los Estados Unidos, reapareciendo en Chicago como militante de aguerridos grupos latinos. Años más tarde sería funcionario del gobierno federal mexicano, bajo las órdenes de doña Margarita López Portillo en RTC al lado de su gran amigocho, Héctor “el negro” Domínguez, éste último, un ícono de la lucha por la autonomía de la UAT, de aquellos que aun permanecen satanizados. Y hasta la próxima.