La prueba de fuego

Martín SIFUENTES

31 de mayo, 2015

La del 7 de junio, no será una simple elección. Será la gran prueba de fuego, tanto para el gobierno de la República como para el Instituto Nacional Electoral.

Para Enrique Peña, garantizar que el proceso de elección de mas mil alcaldías, 600 diputaciones federales y locales,así como de 9 gobernadores, sea tranquilo y sin incidentes de violencia.

Para el INE, que en la presente elección, se baje el porcentaje de abstencionismo, que en el pasado proceso federal del 2012, alcanzó un escandaloso 63 por ciento, al presentarse a votar solo un 37 por ciento del padrón electoral.

Son estos dos compromisos, elecciones tranquilas y votaciones con una buena participación ciudadana, los dos grandes objetivos a cumplir. Si alguno de estos dos elementos fracasa, todo se habrá ido por el caño. Así, simple y sencillamente.

Y ojalá que el desánimo social que se percibe, tras los escándalos por los casos Ayotzinapa, la Casa Blanca de las Lomas, por la creciente inseguridad, por el cinismo de figuras panistas y perredistas, por la participación insólita como candidatos, de payasos, futbolistas, boxeadoras y actrices cómicas, no tenga un impacto negativo, no tan solo en la participación como votantes, sino en en todos los ángulos de esta elección.

Hoy en día, el reto de el proceso electoral, independientemente de que se realiza con limpieza, sin asomo de dudas, debe ser el de reconquistar la confianza ciudadana, que ve a las instituciones débiles , que siente a un gobierno titubeante y a unos gobernantes rebasados por la inseguridad.

El Instituto electoral, deberá considerar seguir organizando elecciones caras, con regalas confusas y complicadas y con millones de anuncios.

Los partidos y candidatos, poner en la balanza, si de una vez por todas ganan el respeto social, o siguen en el desprestigio.