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Al vaivén de las olas priístas

Fernando Acuña

16 de enero, 2011

Imagínese  usted que,  el exterior  del Poliforum era la playa de enero, y el interior  la ensenada de un priísmo ansioso por tocar a su nuevo gobernador. Bueno pues Egidio  se sumergió  en el mar, chapoteo una y mil veces,  se  columpió en   las olas de abrazos militantes. Saboreo  al PRI, se lo untó  en el cuerpo como una pomada necesaria para  fortalecer  los tendones ideológicos.. Y  al final, sin mostrar huellas de cansancio, se subió  a la Suburbán, llevándose  a toda aquella  concurrencia, en su gesto finalmente dulcificado por el poder.  

Ayer  se produjo el arribo  al CDE  del  PRI  de  Lucino   Cervantes  y de Martha Guevara como nuevos dirigentes del tricolor  en el estado. Pero  la verdadera nota, fue el activismo que  realizó  el gobernador  entre las bases  y la clase política del priísmo tamaulipeco. La presencia de Murillo Karam, fue tenue, casi  como una sombra…llegó  y se fue.

    Egidio Torre Catú  estuvo saludando  y tomándose fotos con los integrantes de cada una de las mesas, jornada a la cual le dedicó  casi cuatro horas ininterrumpidas. Era la primera vez que lo hacía. Fue su ensayo como jefe político ante el priísmo.

   La primer tarea  de Lucino al frente del PRI, fue la de poner en contacto al nuevo  gobernante con  los  políticos  priístas, hombres y mujeres que llegaron muy temprano al Poliforum, desde  los  43 municipios del estado.

 Fueron  marabuntas  de  personas pertenecientes a diversos estratos sociales, las que  atiborraron  el  amplio  recinto. Ahí estaban  los cuadros  del Revolucionario  Institucional, operadores  profesionales  de las  bases que en la pasada contienda  le dieron el triunfo al PRI  sobre  el PAN. Predominaban  los profesionistas, pero también había  dirigentes  campesinos, empresarios, clases  medias  y populares, territoriales, jóvenes  y mujeres.    

Sonriente, con una actitud abierta  hacia la gente que lo felicitaba  y le echaba porras, Egidio se dejó querer, ayer en el corazón del Parque Bicentenario. Para todos  tenía una palabra, una frase. Y cuando llegaba la hora de la foto, el gobernador extendía  los brazos, para abarcar  a la mayor cantidad de gente posible. Fue su fiesta. Lucino  lo observaba  desde un discreto  espacio, complacido con  los resultados. Se había cumplido el objetivo: que el gober se juntara con la raza de su partido.    

  En el collage de rostros  que acudieron a  la cita  se pudo  ver  a  priístas como Baltazar Hinojosa, Enrique Cárdenas, Amira Gómez, Marco Antonio Bernal, Toño Martínez Torres  y  al mismo  ex presidente del PRI, Ricardo Gamundi  Rosas. No hubo ex gobernadores.

  Por  supuesto, también  estuvieron  ahí, secretarios estatales de primer nivel como Alfredo  González  Fernandez, Homero  de la  Garza Taméz  y  Manuel  Rodríguez, entre  otros.

----LOS  SECTORES--------------

  Los  del movimiento  Territorial  se  prepararon  con cachuchas anaranjadas  y fueron de los más  ruidosos,  hasta que el gobernador se tomó la foto con ellos. Los  de la  CNC traían pocos sombreros, pero  se les veía unidos en torno  a dos figuras relevantes: Juan  Baez  y  Perfecto  Solís. Los  jóvenes, encabezados  por  Miguel  Cavazos Guerrero iban todos con chamarras negras,  y  no entendí  cual es el mensaje que querían enviar..

 Los  del pueblito fueron aguantadores,  y  supieron  esperar,  ya cuando  Egidio estaba cerquita,  se lanzaron con todo  y sus porras:

-----Llera, Llera, Llera, Llera…

  Y  sí,  les llegó  su momento  de apapacho. Por  ahí  andaban Efraín  y su esposa Laura Wong, Tere Perales, Hugo  Andrés Araujo  se sumó  al grupo, bajo la frase:  “yo también  soy de Llera”. El profe Rosalío Perales  dirigía  la porra, Gerónimo  Puga también estaba presente. Participó además  Julio Acuña en  aquel grupo  de llerenses presidido por  el alcalde  Mario Alberto Ortiz y su esposa Bety  Quiroga.

  Hubo un momento  en que, Egidio llegó  hasta  un círculo donde  estaban políticos como  Luis Enrique  Rodríguez  Sánchez  y  Enrique  Cárdenas Del  Avellano. El gobernador  los fue saludando  uno a uno,  y al llegar el turno  de Enrique, lo saludó con una exclamación  de efusividad, dando a entender  su cercanía. Pero más allá, ninguno de los dos dijo más palabras, como guardándolas  para una charla posterior.

  Al final, Egidio  se retiró, escoltado  por  su equipo de seguridad. A su  vez, el  nuevo Presidente  del  PRI  Lucino Cervantes   caminó lo equivalente a  más de  dos cuadras hasta el estacionamiento  del parque Bicentenario.

    Iba  ya solo, charlando con  un acompañante circunstancial, alejado  del bullicio y de los reflectores. Parecía un militante más  del PRI. Se detuvo  para auxiliar  a un grupo de mujeres que les había fallado su carrito. Su auto,  es una camioneta oscura de medio huso, nada ostentosa.

  Me parece que  si va a realizar  recorridos por el estado, va a requerir  un mejor mueble. Por el momento, parece que  la dirigencia estatal  del PRI, está en manos de un padre de familia, de origen  popular,  que está  dispuesto  a hacerle justicia  a los  auténticos candidatos. Al menos así empieza la historia.

  ---EL  PRI VA A REGRESAR A LA PRESIDENCIA, DIJO EGIDIO--

     Se declaró priísta como su padre y su hermano. “Que no les quepa la menor duda: el PRI  va a recuperar  la Presidencia”, sentenció, y con ello le envió un mensaje de confianza a Humberto Moreira  y a Enrique Peña Nieto.

 

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