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El Rodolfismo que nadie ve

Fernando Acuña

21 de junio, 2011

Haga  usted cuentas, y  se enterará que, el  primer aniversario  del crimen perpetrado contra el doctor  Rodolfo Torre  y  Enrique Blackmore,  será el próximo martes. Hemos iniciado ya la cuenta regresiva de esos siete días, en los cuales, los  tamaulipecos estamos a la expectativa.

       Hoy voy a tocar el tema, pero  no lo abordaré  con  el bisturí  de las hipótesis  ó de los escenarios. Hablaré  de un rodolfismo más  profundo, más intimo  y por  lo tanto, más emotivo, despojado de las proclamas y de los aspavientos. Alejado del interés político, del cuidado de la imagen y del protocolo. El rodolfismo que  vivió  y creció  sin cámaras  y  reflectores.

     El  rodolfismo que  simplemente  se fundó sobre  una familia tamaulipeca, como muchas otras: alegre, unida, fundida  muchas veces en los aromas  de los antojos que el padre cocinaba, para su esposa ó para sus hijos, en los ratos libres. Entretejida en las llamadas  por celular  o  por los mensajes que el padre hacía, aunque estuviese lejos, o  viviese inmerso en  el irrenunciable compromiso de la función pública.

 Me pregunto:   a un año que ha sido de esa  pequeña, pero amorosa  historia de  aquellos que eran cinco seres inseparables: los padres, Beba y  Rodolfo;  los hijos: Laura, Rodolfo  y Paulina.

   La  gran mayoría de datos informativos que ahora uno puede encontrar sobre Rodolfo, son  de carácter  político. Estos datos,  no aportan   nada substancial, solamente  indican  fríamente  el cálculo  de las  facciones  ó de  las corrientes, ya sean del  PRI  o de otros partidos que buscan llevar agua a sus molinos.

  Afortunadamente  me encontré  algo que, sin lugar a dudas,  es el texto más  íntimo  y sincero, que alguien pudiese escribir  sobre  el doctor  Torre. No  fue redactado por la mano de algún político, ni tampoco por  un funcionario, ni por alguno de sus amigos.

  Es  un  breve recuento  de la vida familiar  y política de Rodolfo. Está animado didacticamente con monitos. Hecho de amor. Tiene como título:  “Rodolfo Torre en dos minutos”. Y  fue  diseñado  y  escrito  por  sus tres hijos,  que de esta manera, hacen público,  un  sencillo pero muy  hondo  y  sentido homenaje hacia  su querido padre.

  Vale la pena leerlo, porque, como les digo, es  la parte más humana, de la historia que  siguió su curso, sin  que, nadie  de nosotros nos diésemos cuenta que, ocurrió..que ha ocurrido con esos seres, que son biológicamente, la  herencia misma de  la sonrisa  y el donde gente,  con el cual,  el querido doc, se ganó a pulso el cariño  de todo Tamaulipas:

  “Hace muchos años, en un estado, al norte del país,  un destacado servidor  público estatal, y su mujer, formaron una hermosa  familia tamaulipeca: con principios  de honestidad  y sencillez, el doctor  Egidio Torre  y  Ana  María  Cantú,  tuvieron cinco hijos. Uno  de ellos, quiso seguir el ejemplo de su padre.

  Rodolfo   nace en ciudad Victoria Tamaulipas, en 1964. Desde pequeño, valores como el respeto  y el servicio a la comunidad,  fueron algunas de las principales enseñanzas que recibió de su hogar. Al terminar su  preparatoria, sale de su ciudad natal, para  ingresar  a la facultad de medicina  de la  Universidad  Autónoma de Tamaulipas  en  Matamoros, para después  titularse  de médico cirujano. En esta institución  se desempeñó  como profesor  titulado.

  Su  principio parecía  ser el mismo: servir  a la gente. Y  un día conoció a la persona, con la que llevaría por buen camino  sus ideales  personales  y profesionales  a lo largo de su vida. Alguien que siempre  lo ha acompañado y le ha dado la fortaleza para  seguir adelante:  Laura Graciela de la Garza,  con quien tuvo  tres hijos: Laura, Rodolfo  y Paulina.

   Siempre con los colores verde, blanco y rojo, Rodolfo  inició en el Movimiento Nacional de la Juventud  Revolucionaria. Poco a poco  fue participando  en campañas locales, estatales  y federales.

  Fue  Director  general  del sistema  DIF   Victoria, para luego ser  Presidente  del  Comité  Directivo Municipal  del  PRI. Ganó  las elecciones para  convertirse en diputado local,  y fue  Secretario  de Salud  del estado.

     En  el 2009  fue electo  como diputado federal. Y  se convirtió en el coordinador de los  diputados federales, priístas  tamaulipecos.

  El  doctor  Torre Cantú:  un priísta  de corazón. Un  hombre serio, amable, responsable  y trabajador.

  Rodolfo  Torre Cantú:  un hombre de familia. Un ejemplo. Un amigo. NUESTRO PAPÁ”.

   Ignoro  si  este texto  fue escrito antes  ó  después  de la desaparición física de  Rodolfo. De lo que sí estoy seguro es que sus autores lo plasmaron con todo el amor  filial que  su padre,  motivó en sus corazones.

  Hoy  lo  comparto con mis lectores,  como una muestra  de esa parte  íntima y familiar que  en la actualidad muy pocos vemos, inmersos como estamos en un   mar de intereses  y de rumores que  van y vienen.

   La  política,  esa actividad  a la cual  Rodolfo buscaba dignificar,  se está  contaminando  con la judicialización  y la criminalización, en un ambiente por demás nebuloso. Por encima de toda esa madeja  de oscuras  pasiones, vaya desde esta columna, un saludo para quienes realmente  extrañan su presencia:  su esposa Beba  y sus tres hijos, Laura, Rodolfo y Paulina. 

-------------FELIX  MEZQUITIC  Y  SU INTOLERANCIA-------------

   A punta  de riñones   se hizo de un espacio en el movimiento popular  urbano. Poco a poco el nombre de Felix Mezquitic empezó  a cobrar  notoriedad,  ante  la ausencia  de trabajo político por parte de una dirigencia  perredista apoltronada en  los privilegios, derivados de las prerrogativas electorales, y algunas otras.

   Ha  sido  regidor municipal  de Victoria  y  aspirante a  una diputación local. Hasta  ahí  todo va bien, lo negro del caso es que, éste fortachón, especie  de cíclope de la guerra  citadina,  se ha pasado  de la raya,  y en  su enjundia por avanzar,  ha transgredido la ley. Se dice que cuenta con varias demandas penales.

   Mezquitic quien  hasta hace unos años, era un  auténtico desconocido, gano fama, en gran parte, gracias a los medios de comunicación. Hoy, como suele pasar,  éste  hombre  candidato a servir de modelo a algún cuadro de Botero, se erige amenazante. Nadie le niega sus méritos señor Mezquitic. Es usted un  rey tuerto, en la tierra de los ciegos del movimiento popular perredista. Se le reconoce su carrera, en el ámbito del precarismo, pero no le de patadas al pesebre mediático, porque eso equivaldría a atentar contra usted mismo.

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