La mano pachona del papa

Fernando Acuña

2 de octubre, 2011

México  inicia su lucha de independencia, en 1810, pero  la logra, hasta 11 años después, en 1821. En esta fecha, puede decirse que  surgimos como nación al mundo. Sin embargo, para que se den una idea de la mala fe que el Vaticano  nos ha tenido,  el papado siguió apoyando a la corona española. No fue, sino hasta  1836,  que el  Papa Gregorio XVI reconoce la Independencia de  nuestro país.

    Pero  el afán  reaccionario  y  ultraconservador  de Roma, va más allá todavía, cuando  en 1856, el Papa Pio IX  expresa una enérgica condena  a  nuestro  Congreso Constituyente, surgido  del Plan de Ayutla. Dicho movimiento,  desemboca en  la creación de nuestra primera carta magna de 1857. La  santa sede, consideraba  las nuevas leyes de nuestro país, como atentatorias contra sus  privilegios, pues  uno de sus  artículos, decretaba la libertad de creencias.

      Durante  los siglos del coloniaje español, y  gran parte del  XIX,  los poderosos intereses de la iglesia siguieron  ejerciendo profunda influencia. La reforma juarista,  canceló  grandes fortunas y capitales, pero además  desplazó  al clero de su papel rector del Estado. En los noventas, el salinato  le abrió nuevamente  las puertas  a  la intervención eclesiástica. Y  posteriormente, ya  durante los gobiernos panistas,  el  Vaticano nos  ha visto como una de sus sucursales en el mundo.

  Por  eso,  no es de extrañarse que,  durante  la aprobación  de la  despenalización del aborto en el gobierno ebradorista,   el  Papa  Ratzinger  estuvo presionando  a través de  su Secretario de Estado, Tarcisio Bertone. En  aquella ocasión  no lograron su objetivo.

     Pero hoy, el jefe de la  santa sede, no solo  se limitó  a dar indicaciones,  sino que el mismo llamó  por teléfono a México, para  ordenar  que  la Suprema Corte de Justicia fallara  a favor  de lo que vienen haciendo los congresos de Baja California  y de San Luis Potosí:  esto es, establecer códigos  legales condenatorios  contra las mujeres que practiquen el aborto. Aun y cuando pongan en riesgo sus vidas.

     El  jueves por la noche, en su espacio noticioso, el periodista Joaquín López  Dóriga  detonó  la bomba  a nivel nacional, y en horario estelar:

---Bueno, el obispo de Mexicali,  don José  Isidro Guerrero,  hizo hoy, una gran revelación, vamos  de ocho no, de dieciséis columnas. Reveló que la determinación de la Corte, se debió nada menos que,  a la intervención del Papa Benedicto XVI, así como lo oyen. El obispo Guerrero dijo que el Papa llamó por teléfono para que la Corte respetara la decisión del gobierno de baja California, contra el aborto.

  Vestido  conforme a los cánones, con su ropaje eclesiástico,  el alto representante de la iglesia católica apareció en la  pantalla, con un semblante de júbilo,  y  dio a conocer lo que para él, era una buena nueva:

-----Casi, perdíamos ayer, pero  una llamada del Papa, no se a quien, no me pregunten, cambio todo…esa es la iglesia.

----¿A  qué autoridad mexicana llamó  el papa Benedicto  XVI, en caso de ser verdad la revelación del obispo de Mexicali?, se preguntó el conductor del noticiero, y enseguida, con asomo de ironía agregó:

--- El obispo, de Mexicali, luego dio algunas pistas:

--Yo creo que esto es México, donde  el Papa participó, los gobernadores participaron, el Presidente de la república participó en esta ley a favor de la vida. Hubo mucha presión por parte de los que piensan diferente, mis respetos, pero Baja California no solo es pionero en  política, también  es pionero en la vida y en la familia. Y vamos por más, se le escucha decir al Obispo, en una imagen de close-up  que cierra con un broche de oro contundente.

 Posteriormente  se desataría un avispero de desmentidos. La Presidencia de la república,  la Suprema Corte  y  el mismo  Vaticano negaron la versióndel  Obispo  sinaloense, encumbrado por  Juan Pablo Segundo, y con  más de 14 años al frente de la diócesis bajacaliforniana.

  Pero  el affaire ya estaba al descubierto:  la larga mano  del Papa Ratzinger  alcanzó a vulnerar  la política interior del país. Obviamente, como en éste caso,  la llamada  invasora no fue de  Hugo Chávez,  pues  en  los Pinos, nadie,  puso el grito en el cielo.

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      Aquí en Tamaulipas, el  gobernador Egidio Torre encabezó una nutrida agenda. Dio un espaldarazo político a la reelección de Blanca Valles en el SUTSPET. El  sábado acudió al inicio del segundo período de sesiones en el Congreso local.  Ahí, el  Ejecutivo puso de manifiesto la necesidad de impulsar  profundas reformas en  la operatividad del  desarrollo social  y del campo tamaulipeco. En lo que se refiere a los productores agrícolas, podría  crearse una legislación que  sirva de blindaje a las eventualidades sufridas por los agricultores en la entidad.   

  Ayer  Domingo,  el gobernador  estuvo  en Nuevo Laredo para inaugurar el vuelo  de Aeromar, Nuevo Laredo-Victoria. El alcalde  de ésta población Benjamín  Galván  está pasando serios apuros para gobernar  un municipio agobiado  por la inseguridad  y  la creciente deuda que le heredó Ramón Garza Barrios. A  pesar de todo esto, lo que más le preocupa es maquillar su imagen en los medios.

Por otra parte, los recientes cambios operados en el actual ayuntamiento victorense, serán para bien. Los que se fueron cumplieron. Y desde  mero arriba, podrían estar preparando ya una avanzada de lo que será el trienio 2013-2016.

  Se  dice que el ayuntamiento de Miguel González Salum, podría incrementar  su poder de gestión, ante el liderazgo tamaulipeco. Migue  ha hecho la tarea, ante la ciudadanía, de eso no hay duda. El programa del Libre Diecisiete, es una muestra de que,  la sociedad  ve con buenos ojos sus acciones. Les está creando espacios de recreación familiar que ya hacían falta.