Luis Alonso Vásquez
Dirección General
Martha Isabel Alvarado
Sub Dirección General
28 de noviembre, 2011
1.-El problema del PRI señoras, señores, es que no cambia. Los viejos modelos fueron reciclados solo pa’ ser clonados. Y muchas han sido las críticas por la forma y manera en que el tricolor “destapó” a su candidato presidencial. Nada de escrúpulos pero sí harta simulación. Y eso, dicen los que saben, podría significar la derrota.
Y es que cuando la sociedad civil esperaba algo diferente resultó más de lo mismo. Es razón pa’ desconfiar en que llegado el caso todo regrese a los orígenes, sea al estilo grotesco que acumuló los tantos y tan variados males que hoy tienen postrada a la república.
Es una pena digo, como si en los últimos dos sexenios nada hubiera sucedido, como si el PRI le hubiera puesto “pause” al tiempo. Como si se tratara de una siestecita de la que despierta pa’ correr le película donde la dejó Ernesto Zedillo hace dos sexenios, allá cuando la gente desalojó al tricolor de los Pinos con la intención de que no regresara jamás.
Fue la intención y sin embargo la posibilidad real del retorno está presente, aunque junto a ella también los vicios que convalidaron la “expulsación” decretada por una sociedad fatigada de caminar sin rumbo.
Usted dirá que con el PAN los mexicas fallaron en eso de que “más vale malo por conocido que bueno por conocer” y que podrían reconsiderar votando por el retorno del PRI a la presidencia de la república. Ha de disculpar pero es un punto de vista más cercano al pesimismo y a la resignación que a la esperanza de un mejor destino.
Después de presenciar “el destape” de Peña Nieto negros augurios sobrevuelan la república. Y no es por el candidato que a como están las cosas cualquiera podría ser, sino porque pareciera que el PRI pretendiera vengarse de los millones de electores que dándole la espalda soñaron con algo mejor.
La nación no merece volver a lo mismo. Y sin embargo el PRI reabre los caminos que llevaron al cansancio ciudadano recetándole dos derrotas consecutivas que en julio próximo podrían convertirse en tres enviándolo definitivamente al baúl de lo inservible. Después de escuchar el discurso de Peña Nieto en el acto de registro y las “porras matraqueras” que lo acompañaron, uno está en la seguridad de que por ahí no está la salvación.
En este punto es donde entra la reflexión. Ya veremos cuántos serán los que escuchan a su conciencia. Por lo pronto hay que entender que al PRI no le bastaron doce años para cambiar porque su proyecto no incluye el cambio. Creer lo contrario es hacerse el hara-kiri.
2.-Mientras tanto las autoridades electorales han decidido blindar a los candidatos del próximo proceso. Sea otorgarles la seguridad necesaria a efecto de realizar lo que a bien convenga pa’ conseguir sus anhelos, lo cual es aceptable y hasta lógico en considerando que la mayor parte del país está convertido en un polvorín.
Usted como el escribidor se preguntará ¿y los electores?. ¿Quién ha de preocuparse pa’ que la ciudadanía cumpla con su deber y derecho?. Bueno de eso no estamos hablando porque aquí lo que importa son los próceres que van en busca de su destino y no del pobre votante que legitimará lo que la democracia después presumirá.
Como siempre, huérfano de toda orfandad el ciudadano ha de arriesgar el único patrimonio que es su seguridad tan solo pa’ dejar evidencia de en México el valor no siempre está ligado al tequila o a las rolas del maese José Alfredo Jiménez.
SUCEDE QUE
Durante el aniversario de la emisión del Plan de Ayala se oyó decir que los ideales de Emiliano Zapata siguen vigentes. Y, ¡cómo no!, si la hodencia de los campesinos también sigue vigente “y ora pior”, como diría mi santa abue, porque si antes tenían un pedazo de tierra ahora no tienen ni completa el habla. Y ni modo que sea invento.
Y la bromita hay que cargarla a Carlos Salinas a quien un día se le ocurrió crear la élite que fraccionando al campo terminó con la esencia de la Revolución. Pero hay un Dios que todo lo ve y todo lo juzga.
Y hasta la próxima.