¿Naufraga el dinosaurio?

Max Avila

5 de diciembre, 2011

Aunque lo quieran ocultar, ante la opinión pública es indudable que la crisis golpea al PRI y no será  Pedro Joaquín Coldwell quien saque al buey de la barranca. Un dato pa’ documentar el optimismo de los priistas es que el ex gobernador de Quintana Roo y secretario de Turismo en el gobierno de Salinas de Gortari no pudo convencer a su hermana Addy de permanecer en el tricolor.

Y es que la chica siendo senadora por dicho partido renunció pa’ erigirse como candidata a gobernadora del mismo estado postulada por el PAN. Por supuesto no ganó. Ha de saber que Pedro Joaquín sucedió a su sister en la cámara alta, tarea que está a punto de concluir. Sepa también que antes de esto Pedro Joaquín estaba retirado de la política dedicado a sus negocios particulares, como buen descendiente de comerciantes. Eso no obsta pa’ que conste que la familia ligó dos senadurías, cosa nada extraña en un país donde el poder sigue siendo asunto privado.

De manera que Coldwell no sacará al buey de la barranca digo, porque la crisis que padece rebasa cualquier expectativa. Esto incluye la desconfianza de regresar a los tiempos en que la inseguridad tomó rumbo institucional hasta desembocar en lo que sabemos. Argumento que aquí entre nos, es el que mejor ha explotado el PAN. En este sentido habremos de preguntarnos qué fue lo que Calderón quiso decir al señalar el primero de diciembre anterior que faltaba “lo mejor” de su último año de gobierno.

“Cuando despertó el dinosaurio todavía seguía allí”, señala el cuento más corto de Augusto Monterroso y aunque con otra connotación lo mismo podríamos decir del PRI que después del sueño democrático de los mexicas permanece inmóvil, justo donde lo dejó Zedillo, sin deseos de cambiar. Más avejentado, eso sí, pero con hartas ganas de sacar juventud de su pasado con políticos como Pedro Joaquín que no es ningún chamaco porque Rabasa los sesenta.

Y pareciera que el tricolor tampoco tiene intenciones, al menos de impactar con su candidato presidencial cuando Peña Nieto transcurre por el ridículo en una feria del libro, la de Guadalajara, donde quedó al descubierto como uno más de los próceres ignorantes de la cultura. Eso de olvidar los títulos de libros que presuntamente ayudaron en su formación es como pa’ caerse de risa porque está claro que en lectura tiene cero.

Usted dirá que lo quiere pa’ presidente de la república y no pa’ profesor de literatura y tiene razón, pero oiga todavía no es y ya compite con Fox que, ¿remember?, aceptó que no leía ni los periódicos. Y luego hasta Ernesto Cordero el panista que también le hace ojitos a los Pinos, se contagia confundiendo autores y distorsionando títulos. Algo de seriedad señores, plis. “De por si” todavía estamos considerados como un país semi-bárbaro, o “exótico” pa’ que no suene tan gashhhhho.

Quedamos que en el PRI hay crisis y que no hay forma ni manera de ocultarla porque está a la vista del portador, con un ex dirigente que sale por la puerta trasera virtualmente corrido por Peña Nieto quien lo mandó de regreso a su tierra a tratar de limpiar el cochinero. Y con el mismo ex gobernador del Edomex ridiculizado por una falta menor que muestra la fragilidad de una imagen construida de cartón y entre reflectores. ¡Ah, bruto!.

Mientras tanto Emilio Gamboa Patrón cuya solvencia política no es como pa’ andar haciendo críticas, exhibe su intolerancia declarando su hartazgo del gobierno panista suponiendo que todos los mexicanos piensan como él.

A seis meses de las elecciones el PRI “hace aguas” y son tantas las fisuras que parece imposible su reparación, como los viejos barcos pues que ya no aguantan ni la última parchadita.

SUCEDE QUE

Ojo, el régimen panista está  presionando pa’ que en el congreso de la Unión sea creada una comisión especial que estudie las deudas en los estados. En especial la del estado de México. ¡Válgame Dios!, solo falta que a Peña Nieto suceda lo que a Humberto Moreira quien “ya trae la lumbre en los aparejos”. Al margen de dicha comisión si el jefe de los azules aprieta, el PRI tendría que inventar otro candidato presidencial. Y diga que se lo contó un gitano.

Y hasta la próxima.